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martes, 23 de abril de 2024

TEMA Mensaje de Pascua 2024

 

REZA Y COMPARTE JUVENIL

TEMA J Mensaje de Pascua 2024, 1

 

 

El mensaje de Pascua del Papa Francisco nos llama de nuevo. Llama a nuestras mentes y nuestros corazones. Jesús es quien puede cambiar nuestro mundo. Los jóvenes son parte importante en esta transformación.

 

                                                                                                                                                                                                                              Un año más resuena   en todo el mundo el anuncio

   que salió hace dos mil años desde Jerusalén:

JESÚS NAZARENO, EL CRUCIFICADO, HA RESUCITADO

 

Con estas palabras comienza el mensaje pascual del Papa Francisco del que cojo algunos párrafos.

 La Iglesia revive el asombro de las mujeres que fueron al sepulcro al amanecer del primer día de la semana. La tumba de Jesús había sido cerrada con una gran piedra; y así también hoy hay rocas pesadas, demasiado pesadas, que cierran las esperanzas de la humanidad: la roca de la guerra, la roca de las crisis humanitarias, la roca de las violaciones de los derechos humanos, la roca del tráfico de personas, y otras más. También nosotros, como las mujeres discípulas de Jesús, nos preguntamos unos a otros: “¿Quién nos correrá estas piedras?” (cf. Mc 16,3).

Y he aquí el gran descubrimiento de la mañana de Pascua: la piedra, aquella piedra tan grande, ya había sido corrida. El asombro de las mujeres es nuestro asombro. La tumba de Jesús está abierta y vacía. A partir de ahí comienza todo. A través de ese sepulcro vacío pasa el camino nuevo, aquel que ninguno de nosotros sino sólo Dios pudo abrir: el camino de la vida en medio de la muerte, el camino de la paz en medio de la guerra, el camino de la reconciliación en medio del odio, el camino de la fraternidad en medio de la enemistad.


Hermanos y hermanas, Jesucristo ha resucitado, y sólo Él es capaz de quitar las piedras que cierran el camino hacia la vida. Más aún, Él mismo, el Viviente, es el Camino; el Camino de la vida, de la paz, de la reconciliación, de la fraternidad. Él nos abre un pasaje que humanamente es imposible, porque sólo Él quita el pecado del mundo y perdona nuestros pecados. Y sin el perdón de Dios esa piedra no puede ser removida. Sin el perdón de los pecados no es posible salir de las cerrazones, de los prejuicios, de las sospechas recíprocas o de las presunciones que siempre absuelven a uno mismo y acusan a los demás. Sólo Cristo resucitado, dándonos el perdón de los pecados, nos abre el camino a un mundo renovado.

Sólo Él nos abre las puertas de la vida, esas puertas que cerramos continuamente con las guerras que proliferan en el mundo.

 

ACCIÓN: 

La resurrección de Jesús, por parte de Dios, canaliza todas las esperanzas de las personas y de los pueblos. La fe nos lleva a recorrer el camino y vivir una vida nueva. Nos disponemos a realizarlo con él.

 

 

5 comentarios:

  1. ¡Ha resucitado1Nos unimos a la alegría de la Iglesia y de toda la humanidad, al sentir el poder de Dios sobre Jesús y sobre todos. Caminamos con él.

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  2. "A través de ese sepulcro vacío pasa el camino nuevo, aquel que ninguno de nosotros sino sólo Dios pudo abrir: el camino de la vida en medio de la muerte, el camino de la paz en medio de la guerra," P. Francisco

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  3. "La mañana de Pascua: la piedra, aquella piedra tan grande, ya había sido corrida." Jesús resucitado va delante de nosotros. Confiamos en él.

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  4. El camino de la paz en medio de la guerra, el camino de la reconciliación en medio del odio, el camino de la fraternidad en medio de la enemistad." Son puntos para avanzar. Cada día damos pasos, Jesús está entre nosotros.

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  5. Sin el perdón de los pecados no es posible salir de las cerrazones, de los prejuicios, de las sospechas recíprocas o de las presunciones que siempre absuelven a uno mismo y acusan a los demás.

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