Reza y Comparte Juvenil. Guía de Oración. INICIO

Blog de ORACIÓN JUVENIL. Si eres creyente, encuéntrate con Dios cada día. Si no lo eres, búscalo y Él te encontrará. Puedes comentar tus impresiones.

sábado, 26 de marzo de 2016

ORACIÓN JUVENIL 27-03-16











GUÍA: Los apóstoles quedaron dispersos. Después se fueron reuniendo en torno a María, la Madre de Jesús. Dudas, espera, recuerdo de las palabras de Jesús, estaré con vosotros. Y en la mañana del domingo las primeras voces de no está en el sepulcro, ha resucitado, le han visto. Señor, estás vivo. El Padre te ha devuelto a la vida, Sigues estando entre nosotros. Descúbrenos tu resurrección, que te reconozcamos, que esté viva tu presencia entre nosotros. Que vayamos a Galilea y allí en la vida te encontremos. SILENCIO ADMIRADO, ADORADOR, CREYENTE.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.»
GUÍA: Pedro se dirige al pueblo y anuncia la resurrección de Jesús, que fue crucificado. Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver… Nos encargó predicar al pueblo, dar testimonio de que es juez de vivos y muertos. Nos sentimos tocados por este testimonio y por su mensaje. El Señor ha resucitado. Unámonos a la alegría de la Iglesia y del mundo por esta presencia de Dios en el resucitado. Con Él hemos resucitado todos.  Jesús es Señor de vivos y muertos. SILENCIO  ACOGEDOR Y RESUCITADO

De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-4):

Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.
GUÍA: San Pablo nos dice: Estáis resucitados con Cristo. Hagamos constancia de estas palabras en nosotros. Veamos en qué medida se aplica a cada uno. Aspirad a los bienes de arriba. Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Desde la fe es verdad. Nos toca actualizarlo en nuestra vida. Vivir como resucitados según Cristo. SILENCIO REVERENTE, AGRADECIDO.

Del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. 
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
  

GUÍA: María Magdalena ve la losa quitada del sepulcro. Vamos a acompañarla. Se lo comunica a Pedro y ellos también van. Comprueban que es así. Vio y creyó. Él había de resucitar de entre los muertos. Un descubrimiento sin precedentes. La fe se abre paso entre tanta duda y miedo. ¿Qué nos ocurre a nosotros al recibir la noticia de que Jesús ha resucitado? Dejemos que la fe se purifique, que nuestros ojos vean al Señor resucitado. Que nuestra vida se transforme. El resucitado nos acompaña, está con nosotros. Adoremos. SILENCIO ADORADOR, CREYENTE, CONFIADO.

OFRECEMOS al Señor nuestra oración.

COMPARTIMOS ALGUNA FRASE

PETICIONES para nuestro mundo.

PADRE NUESTRO agradecido al Padre, junto con la Iglesia y todo el mundo.

CANTAMOS A MARÍA

Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
 Ha resucitado según su palabra; aleluya.
Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor; aleluya.
Oremos:

Oh Dios,
que por la resurrección de tu Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
has llenado el mundo de alegría,
concédenos, por intercesión de su Madre,
la Virgen María,
llegar a alcanzar los gozos eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.


jueves, 24 de marzo de 2016

ORACIÓN JUVENIL 24-03-16



GUÍA: Es Jueves Santo. Hacemos el memorial de Jesús, su entrega en los signos del pan y del vino, su entrega a los enemigos. Nuestra oración juvenil nos une a Él. Quiere hacernos partícipes de sus sentimientos de sus vivencias en este día. Somos amigos de Jesús y no podemos dejarle solo. Un amigo nos necesita. Vamos con Él al Cenáculo. Somos un invitado más. Hagamos espacio en nosotros para captar todo lo que pasa allí y su significado. Gracias, Jesús por tu  invitación. Que no quedemos como meros espectadores. Soseguemos nuestro interior y acompañemos con amor y con fe. SILENCIO CREYENTE, AMOROSO.

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (11,23-26):

Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

GUÍA: Hoy celebramos este memorial. Hacemos lo que Él dijo: Haced esto en memoria mia. Hoy se hace para nosotros, para los del siglo XXI. Vemos la concentración de Jesús, es algo muy importante. Es su última Pascua, su última cena. Quiere quedarse con nosotros y se queda en el signo, el sacramento del Pan y el Vino. Y quiere que lo hagamos en su memoria. Alimento para la vida y entrega de su  vida. Consideremos estas palabras. Dejemos que entren en nosotros con fuerza y fe. Ahora le sentimos cerca y queremos que no sea sólo un día sino que le acompañemos en nuestro día a día en la Eucaristía, en el Sagrario, en las personas que nos necesitan. SILENCIO DE AMISTAD, AGRADECIDO, ADORADOR.

Del santo evangelio según san Juan (13,1-15)

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»
GUÍA: Otro gesto, el lavatorio de los pies. ¿Comprendéis lo que he hecho? También vosotros debéis lavaros los pies unos a otros. Amar como el Señor amó nos dice mucho pero tenemos que asimilar su contenido. Ser servidor, misericordioso es otra forma de decirlo. Hagamos nuestra reflexión. Digámosle que nos enseñe y grabe en nosotros su lección. SILENCIO ADORADOR, DE AMIGO, QUE DA RESPUESTAS.

OFRECEMOS NUESTRA ORACIÓN AL SEÑOR

PETICIONES

PADRE NUESTRO unidos a toda la Iglesia.

CANTAMOS


Os doy un mandato nuevo,
Os doy un mandato nuevo,
que os améis mutuamente,         
como yo os he amado, dice el Señor.
que os améis mutuamente,
como yo os he amado, dice el Señor. 

La señal por la que el mundo
distinguirá a los cristianos
ha de ser si nos amamos como Cristo nos amó,
ha de ser si nos amamos como Cristo nos amó.

Si el Señor nuestro maestro
nos ha lavado los pies,
sus discípulos seréis siguiendo su mismo ejemplo,
sus discípulos seréis siguiendo su mismo ejemplo.


sábado, 19 de marzo de 2016

ORACIÓN JUVENIL 20-03-16




GUÍA: Domingo de Ramos. Jesús sube a Jerusalén para la Pascua. Va con sus amigos y se une a las caravanas que van a celebrarla. El ambiente es festivo. Recordando una de las profecías del Mesías, entra sobre un asno. La gente le aclama como Hijo de David. Le dicen que los haga callar pero él contesta que si ellos callan hasta las piedras darán voces. Jesús goza unos momentos de gloria. Le acompañamos, nos sentimos unidos a la alegría del pueblo. SILENCIO GOZOSO, VIBRANTE por las aclamaciones del pueblo, MEDITATIVO pensando que pronto cambiará.

Del libro de Isaías 50, 4-7

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

GUÍA: En Isaías, contemplamos al siervo abatido pero confiado en el Señor. Es consciente de su situación, no huye ni se echa atrás. Confía que no será defraudado. Desde la visión de Jesús vemos cómo coincide con su pasión. Nos unimos a él. Tratamos de comprender su dolor y adoramos, agradecemos en SILENCIO

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el
abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

GUÍA: San Pablo nos presenta a Jesús que de Dios se abaja a la condición de hombre. Se despoja de su rango. Se somete incluso a la cruz. Estos días se nos presenta un Jesús perseguido y condenado. Contemplamos su persona, agradecemos su  amor a nosotros y al Padre Dios. Confrontémonos con él. Pidamos fortaleza, fe, confianza, perdón. SILENCIO AMOROSO.

PETICIONES

PADRE NUESTRO, unidos a Jesús y a toda la humanidad.

INVOCAMOS A MARÍA, la Madre de Jesús y nuestra.

DOLOROSA DE PIE JUNTO A LA CRUZ, TU CONOCES NUESTRAS PENAS, PENAS DE UN PUEBLO QUE SUFRE TU CONOCES NUESTRAS PENAS, PENAS DE UN PUEBLO QUE SUFRE.

1.   Dolor de los pueblos que sufren enfermos, el hambre de gente que no tiene pan, silencio de aquellos que callan por miedo la pena del triste que está en soledad.

2.   El drama del hombre que fue marginado, tragedias de niños que ignorar reír, la burda comedia de huecas promesas, la farsa de muertos que deben vivir.

3.   Dolor de los hombres sin tregua oprimidos, cansancio de brazos en lucha sin fin, cerebros lavados a base de slogan, el rictus amargo del pobre infeliz.

4.   El llanto de aquellos que suman fracasos, la cruz del soldado que mata al amor, pobreza de muchos sin libro en las manos, derechos del hombre truncados en flor....




sábado, 12 de marzo de 2016

ORACIÓN JUVENIL 13-13-16







GUÍA: Buenos días, Padre Dios. Hemos pasado una  semana más. Hemos estado juntos en el camino. Jesús Resucitado y el Espíritu también nos han acompañado. Cuando vamos juntos, la vida tiene otro sabor, el tiempo se ilumina. Gracias, por tu presencia. Juntos hemos caminado, hemos encontrado momentos de acción y de espera. Dar sentido a lo que hacemos  es importante. Actuar desde nosotros mismos pero también llegar a los demás y Tú en medio de nosotros. Repasamos la semana vivida. Nos disponemos a escuchar la voz del Señor. SILENCIO MEDITATIVO, AGRADECIDO Y ABIERTO.

Del santo evangelio según san Juan (8,1-11):

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
- «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
- «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
- «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
- «Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
- «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».





GUÍA: Acompañamos a Jesús en el templo de Jerusalén. Estamos entre la gente. Observamos. Una mujer es traída ante Jesús para que la juzgue. Jesús escribe en el suelo. Ante la insistencia: El que esté libre de pecado que le tire la primera piedra. La mujer se queda sola ante Jesús. ¡Cuánta compasión y dolor en el corazón de Jesús. Cuánto dolor en el corazón de la mujer!. Él le pregunta: ¿nadie te condenó?. Ninguno, Señor. Tampoco yo te condeno. Anda, y no peques más. Si cambiamos el personaje y nos ponemos en su lugar, seguro que afloran muchos sentimientos. Reproducimos la escena y nos sentimos perdonados, amados, agradecidos. SILENCIO CERCANO, ARREPENTIDO, AGRADECIDO.

OFRECEMOS nuestra oración al Señor y nuestra respuesta.

PETICIONES


COMPARTIMOS

PADRE NUESTRO unidos a todos los jóvenes del mundo.   

CANTAMOS:
"Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”


sábado, 5 de marzo de 2016

ORACIÓN JUVENIL 06-03-16





GUÍA: ¿Cómo ha ido la semana? Estamos en la mitad de la Cuaresma y podemos dar respuesta a nuestro compromiso con la misericordia, Hacemos una parada y observamos los pasos dados, si nuestra oración ha sido más intensa, si nos encontramos con Jesús en el camino y en nuestro corazón. REFLEXIONEMOS

Como grupo que visita el blog, agradecemos a Dios su presencia en línea, a través de las palabras y del silencio. Nos encontramos con nosotros mismos, reconociendo nuestro estilo de persona, nuestros intereses, nuestros planes.
¿En todo ello encontramos los intereses de Dios, el camino de los hermanos, un ideal de persona digno de Dios, nuestro Padre, y digno de la sociedad que queremos formar  y nos necesita? Escuchemos la voz del corazón. SILENCIO DE ENCUENTRO CON DIOS, DE FE, DE COMPROMISO.

Del santo evangelio según san Lucas (15, 1-3.11-32):

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a los pecadores y come con ellos.» 
Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros." Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mi nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado." El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."»

GUÍA: Hemos escuchado la parábola del Hijo Pródigo. Jesús se la cuenta a los oyentes y también a nosotros. ¿Qué nos parece? Un hijo un poco loco. Un amor de padre total. Un hermano que reclama sus derechos. Nos identificamos con alguno? Hagamos el ejercicio de identificarnos con cada uno de ellos y veamos nuestras reacciones, nuestras situaciones y comportamientos. Pedimos perdón al padre por nuestro hacer rebelde. Sintamos el perdón y acojamos su amor. Aprendamos a perdonar, a ser generosos, a dar con gratuidad. SILENCIO ACOGEDOR, AGRADECIDO, HUMILDE.

PRESENTAMOS  al Padre de nuestra situación en su casa.

PEDIMOS…

NOS COMPROMETEMOS A …

PADRE NUESTRO, con Jesús.

MARÍA nos acompaña. Invoquémosla.

CANTAMOS.

Querido Padre, cansado vuelvo a ti, 
haz que conozca en don de tu amistad, 
vivir por siempre el gozo del perdón 
y en tu presencia la fiesta celebrar, 
pongo en tus manos mis culpas, Oh Señor, 
estoy seguro de que eres siempre fiel, 
dame las fuerzas para poder andar, 
buscando en todo hacer tu voluntad. 

Padre, yo busco tu amor, 
Padre vuelvo a ti 
mira que tu hijo soy 
Padre vuelvo a ti. (2) 

Lo reconozco, a veces olvide, 
que eres mi Padre y que a mi lado estàs, 
que soy tu hijo y que me aceptas como soy, 
sólo me pides vivir en sinceridad, 
Quiero sentirme cercano a ti, Señor, 
oír tu voz que me habla al corazón, 
sentirme libre desde tu libertad, 
ser signo vivo de la fraternidad.

GRACIAS, PADRE.