Reza y Comparte Juvenil. Guía de Oración. INICIO

Blog de ORACIÓN JUVENIL. Si eres creyente, encuéntrate con Dios cada día. Si no lo eres, búscalo y Él te encontrará. Puedes comentar tus impresiones.

viernes, 28 de abril de 2017

LIBERACIÓN




GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 30-04-17    
                                    
GUÍA: Es el tercer domingo de Pascua. Tu resurrección se extiende por el mundo y el universo. Eres el hombre nuevo que da gloria al Padre y a quien nos unimos para alabarle con mayor intensidad en nuestro corazón y todo el ser. Aquí en nuestro interior te vemos luz del mundo y luz para todos. Te aclamamos, te alabamos por tu vida en el Padre, por tu vida entre nosotros. Te glorificamos Dios Santo y Santificador. SILENCIO DE GLORIA, ALABANZA, AMOR, ADORACIÓN.

De la primera carta del apóstol san Pedro (1,17-21):

Queridos hermanos: Puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios.
 

GUÍA: Toma en serio tu proceder en esta vida, ya que serás juzgado según tus obras, sin parcialidad. El Padre por el Espíritu te llama y te salva  en Cristo. Lo resucitó y le dio gloria como a hijo. En Él estamos salvados. Aviva la confianza y el empeño caminando en tu camino junto a Él. No falla y va delante  de todas nuestras SILENCIO CONFIADO, DISPONIBLE Y DE DISCÍPULO AMIGO.



Del santo evangelio según san Lucas (24,13-35):

Aquel  mismo día (el primero de la semana), dos de los discípulos de Jesús iban caminando a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos sesenta estadios;
iban conversando entre ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.
Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?».
Ellos se detuvieron con aire entristecido, Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le respondió: «Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».
Él les dijo: «¿Qué?».
Ellos le contestaron:
«Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él iba a liberar a Israel, pero, con todo esto, ya estamos en el tercer día desde que esto sucedió. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues habiendo ido muy de mañana al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles, que dicen que está vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron».
Entonces él les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?».
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.
Llegaron cerca de la aldea a donde iban y él simuló que iba a seguir caminando; pero ellos lo apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída».
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron.
Pero él desapareció de su vista.
Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?».
Y, levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón».
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

GUÍA: La marcha de la humanidad hacia la liberación pasa por la cruz, desánimos, y retrocesos. Los discípulos de Emaús hablaban de lo acontecido a Jesús y se iban lejos. Jesús los alcanza, les explica las escrituras y cómo el Mesías tenía que sufrir para entrar en su gloria. Nuestro camino ¿qué características tiene? Seguro que también las Escrituras nos comunican la trayectoria de Jesús y cuál ha de ser la nuestra. Escuchamos sus palabras. Comemos de su pan. SILENCIO QUE NOS ACERCA A LOS DISCÍPULOS, A JESÚS Y A NUESTRA REALIDAD.

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN. Una frase para recordar.

PEDIMOS, OFRECEMOS,  AGRADECEMOS, ADORAMOS.

PADRE NUESTRO  con Jesús.

INVOCAMOS A MARÍA, nuestra madre.    

CANTAMOS
Letra de Resucitó, de Kiko Arguello
Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
Aleluya, aleluya, aleluya, ¡Resucitó!
La muerte, dónde está la muerte,
 dónde está mi muerte, dónde su victoria.
Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
Gracias, sean dadas al Padre, que nos pasó a Su Reino,
 donde se vive de Amor.
 Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
 Alegría, alegría, hermanos,
que si hoy nos queremos, es que Resucitó.
 Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!
Si con Él morimos, con Él vivimos,
 con Él cantamos: ¡Aleluya! Aleluya, aleluya, aleluya,
 ¡Resucitó! Resucitó, resucitó, resucitó, ¡Aleluya!



miércoles, 26 de abril de 2017

APARICIONES DEL RESUCITADO




El  catecismo nos presenta las apariciones de Jesús Resucitado. Las citas se pueden confrontar y leer sobre los textos. 

Al repasar estos puntos afianzas tu fe en la resurrección.


Las apariciones del Resucitado

641 María Magdalena y las santas mujeres, que venían de embalsamar el cuerpo de Jesús
(Cf. Mc 16,1; Lc 24, 1) enterrado aprisa en la tarde del Viernes Santo por la llegada del
Sábado (Cf. Jn 19, 31. 42) fueron las primeras en encontrar al Resucitado (Cf. Mt 28, 9-
10;Jn 20, 11-18). Así las mujeres fueron las primeras mensajeras de la Resurrección de
Cristo para los propios Apóstoles (Cf. Lc 24, 9-10). Jesús se apareció enseguida a ellos,
primero a Pedro, después a los Doce (Cf. 1 Co 15, 5). Pedro, llamado a confirmar en la fe a
sus hermanos (Cf. Lc 22, 31-32), ve por tanto al Resucitado antes que los demás y sobre su
testimonio es sobre el que la comunidad exclama: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se
ha aparecido a Simón!" (Lc 24, 34).

642 Todo lo que sucedió en estas jornadas pascuales compromete a cada uno de los
Apóstoles - y a Pedro en particular - en la construcción de la era nueva que comenzó en la
mañana de Pascua. Como testigos del Resucitado, los apóstoles son las piedras de
fundación de su Iglesia. La fe de la primera comunidad de creyentes se funda en el
testimonio de hombres concretos, conocidos de los cristianos y, para la mayoría, viviendo
entre ellos todavía. Estos "testigos de la Resurrección de Cristo" (Cf. Hch 1, 22) son ante
todo Pedro y los Doce, pero no solamente ellos: Pablo habla claramente de más de
quinientas personas a las que se apareció Jesús en una sola vez, además de Santiago y de
todos los apóstoles (Cf. 1 Co 15, 4-8).

643 Ante estos testimonios es imposible interpretar la Resurrección de Cristo fuera del
orden físico, y no reconocerlo como un hecho histórico. Sabemos por los hechos que la fe
de los discípulos fue sometida a la prueba radical de la pasión y de la muerte en cruz de su
Maestro, anunciada por él de antemano(Cf. Lc 22, 31-32). La sacudida provocada por la
pasión fue tan grande que los discípulos (por lo menos, algunos de ellos) no creyeron tan
pronto en la noticia de la resurrección. Los evangelios, lejos de mostrarnos una comunidad
arrobada por una exaltación mística, los evangelios nos presentan a los discípulos abatidos
("la cara sombría": Lc 24, 17) y asustados (Cf. Jn 20, 19). Por eso no creyeron a las santas
mujeres que regresaban del sepulcro y "sus palabras les parecían como desatinos" (Lc 24,
11; Cf. Mc 16, 11. 13). Cuando Jesús se manifiesta a los once en la tarde de Pascua "les
echó en cara su incredulidad y su dureza de cabeza por no haber creído a quienes le
habían visto resucitado" (Mc 16, 14).



644 Tan imposible les parece la cosa que, incluso puestos ante la realidad de Jesús
resucitado, los discípulos dudan todavía (Cf. Lc 24, 38): creen ver un espíritu (Cf. Lc 24,
39). "No acaban de creerlo a causa de la alegría y estaban asombrados" (Lc 24, 41). Tomás
conocerá la misma prueba de la duda (Cf. Jn 20, 24-27) y, en su última aparición en Galilea
referida por Mateo, "algunos sin embargo dudaron" (Mt 28, 17). Por esto la hipótesis según
la cual la resurrección habría sido un "producto" de la fe (o de la credulidad) de los
apóstoles no tiene consistencia. Muy al contrario, su fe en la Resurrección nació - bajo la
acción de la gracia divina - de la experiencia directa de la realidad de Jesús resucitado.

Reflexionamos y nos ponemos ante Jesús resucitado para visualizarle, dejarnos mirar por él y escuchar su palabra que como a los discípulos, nos dice: ¡Paz a vosotros!. 

Su paz se derrama en cada uno de los creyentes y recrea su interior.



sábado, 22 de abril de 2017

¿ INCRÉDULO?

                                                     

                           GUÍA DE  ORACIÓN JUVENIL 23-04-17   
GUÍA: estamos en tiempo de Resurrección. Cristo vive, elevado por el Padre. Con Él todos somos levantados en el perdón de los pecados.
La oración de  hoy enardece nuestro espíritu, para sentirnos resucitados en Cristo. La muerte y el pecado han sido vencidos. La nueva vida de Jesús corre por nosotros y nos hace criaturas nuevas en la fe. Saboreemos cada una de estas afirmaciones, experimentadas en Cristo y en los creyentes. SILENCIO DE CONEXIÓN CON JESÚS RESUCITADO, DE APERTURA A SU AMOR Y AL AMOR DEL PADRE.

Del libro de los Hechos de los apóstoles (2,42-47):


Los hermanos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo estaba impresionado, y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.

GUÍA: Recorremos las acciones de los primeros cristianos: Constantes en la escucha a los apóstoles, constantes en la fracción del pan, en las oraciones y en la vida en común. Impresionados por los signos que hacían, aumentaba el número de los creyentes. ¿Se puede trasladar esto a nuestros días?  ¿Cómo realizamos hoy el compromiso de cristianos? Pedimos al Padre que llevemos adelante comunidades comprometidas. SILENCIO DE REVISIÓN, ADORACIÓN Y COMPROMISO.

Del santo evangelio según san Juan (20,19-31):

AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás: «Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto, has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

GUÍA: Nos podemos identificar con alguno de los personajes. Tomás nos representa en ocasiones. Nos sentimos muy seguros y capaces de poner dificultades para creer. Jesús con paciencia le permite que toque sus manos y heridas. Nosotros aquí estamos para poder decir con Tomás: Señor mío y Dios mío. Hablemos con Jesús sobre nuestra fe, escuchemos su palabra. SILENCIO DE ENCUENTRO, DE CERCANÍA Y DE PERDÓN

SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN. Recordamos una frase.

OFRECEMOS, ALABAMOS, DAMOS GRACIAS AL PADRE


QUEREMOS…

CON MARÍA ACOGEMOS AL ESPÍRITU.

PADRE NUESTRO CON JESÚS

CANTAMOS

CREO EN JESÚS. CREO EN JESÚS.
EL ES MI AMIGO, ES MI ALEGRÍA.
CREO EN JESÚS. CREO EN JESÚS
EL ES MI SALVADOR.
 
1. El llamó a mi puerta,
me invitó a compartir su heredad,
seguiré a su lado,
llevaré su mensaje de paz.

2. Día y noche (creo en Jesús),
él está a mi lado (creo en Jesús),
sigo sus palabras (creo en Jesús),
doy por él la vida (creo en Jesús),
es mi Salvador.

3. Enseñó a Zaqueo
a partir su hacienda y su pan,
alabó a la viuda
porque dio cuanto pudo ella dar.

4. Aleluya (creo en Jesús),
El es mi Mesías (creo en Jesús),
El es mi esperanza (creo en Jesús),
Vive para siempre (creo en Jesús),

Es mi Salvador.


miércoles, 19 de abril de 2017

CRISTO RESUCITÓ


CATECISMO IGLESIA CATÓLICA

Este fragmento nos presenta la fe de la Iglesia sobre la RESURRECCIÓN  de Jesús.

Habla aquí de la transmisión del hecho.  Recoge el momento del sepulcro vacío y los primeros momentos de la fe de Pedro y Juan.

.

I EL ACONTECIMIENTO HISTÓRICO Y TRASCENDENTE
639 El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo
manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento. Ya
San Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios: "Porque os transmití, en primer
lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;
que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas
y luego a los Doce: "(1 Co 15, 3-4). El Apóstol habla aquí de la tradición viva de la
Resurrección que recibió después de su conversión a las puertas de Damasco (Cf. Hch 9, 3-
18).

El sepulcro vacío
640 "¿Por qué buscar entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado" (Lc 24, 5-
6). En el marco de los acontecimientos de Pascua, el primer elemento que se encuentra es
el sepulcro vacío. No es en sí una prueba directa. La ausencia del cuerpo de Cristo en el
sepulcro podría explicarse de otro modo (Cf. Jn 20,13; Mt 28, 11-15). A pesar de eso, el
sepulcro vacío ha constituido para todos un signo esencial. Su descubrimiento por los
discípulos fue el primer paso para el reconocimiento del hecho de la Resurrección. Es el
caso, en primer lugar, de las santas mujeres (Cf. Lc 24, 3. 22- 23), después de Pedro (Cf. Lc
24, 12). "El discípulo que Jesús amaba" (Jn 20, 2) afirma que, al entrar en el sepulcro vacío
y al descubrir "las vendas en el suelo"(Jn 20, 6) "vio y creyó" (Jn 20, 8). Eso supone que

constató en el estado del sepulcro vacío (Cf. Jn 20, 5-7) que la ausencia del cuerpo de Jesús
no había podido ser obra humana y que Jesús no había vuelto simplemente a una vida
terrenal como había sido el caso de Lázaro (Cf. Jn 11, 44).

Lee, confronta las citas, reflexiona.

Abre tu mente y corazón ante este hecho, admira, adora, da gracias.

Comparte alguna de tus reflexiones.




sábado, 15 de abril de 2017

¡RESUCITASTE CON ÉL!


 GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 16-04-17

GUÍA: 
  Hemos seguido el Triduo Pascual. Jesús ha sufrido su Pasión. Muy de mañana el domingo, Jesús ha resucitado, ya no está en el sepulcro. Cristo vive. La fuerza de Dios le ha dado la  vida. En silencio recorres el hecho de la resurrección, su aparición a las mujeres que iban a embalsamarle y  su aparición a los apóstoles. Te encuentras con Él y le reconoces como Dios de la vida. Tú también resucitas a una nueva vida si dejas que viva en tí. SILENCIO DE ILUMINACIÓN, DE FE, DE RECIBIMIENTO.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.»

GUÍA: El libro de los Hechos de los Apóstoles nos expone cómo Pedro explica a la gente que Jesús ha resucitado. Les ha encargado dar testimonio de ello. Nosotros, hoy en este tiempo de la Historia,  recibimos el anuncio y decimos con los Apóstoles: El señor ha resucitado y vive. Acojamos su vida y dejemos que su resurrección realice también la nuestra. SILENCIO CREYENTE Y TRANSFORMANTE.

De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-4):

Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.

GUÍA: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de arriba. En estos momentos, sentimos la resurrección de Jesús y sentimos una vida nueva que nos esconde con Cristo en Dios, según dice San Pablo. Renacer de nuevo para que Jesús se manifieste en nuestra vida. Descubrimos la luz de Dios que nos ilumina y transforma. SILENCIO RENOVADOR Y DE INTIMIDAD CON JESÚS

Del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.


GUÍA: María Magdalena vio la losa quitada. Va corriendo a decírselo a los discípulos, Pedro y Juan comprueban que el Señor no está, recuerdan lo que había dicho Jesús y creen. Un proceso en la fe de los primeros cristianos y también en el nuestro. Jesús irá apareciéndose a los apóstoles y la fe va creciendo. Jesús vive. Hagamos nuestro silencio de acogida de Jesús resucitado y creamos con mayor fe en su resurrección, Abramos la vida a su presencia y veremos cosas nuevas. SILENCIO CREYENTE, ADORADOR Y ABIERTO A LA PRESENCIA DEL RESUCITADO.



EVOCAMOS NUESTRO ENCUENTRO CON JESÚS ¿CÓMO HA SIDO?

ESCUCHAMOS, PEDIMOS, OFRECEMOS, COMPARTIMOS.

SALUDAMOS A MARÍA 



Reina del cielo, alégrate

Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque el Señor a quien mereciste llevar, aleluya,
resucitó, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.


miércoles, 12 de abril de 2017

JÓVENES CON JESÚS





GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 13-04-2017

GUÍA: Vamos a celebrar la Pascua con Jesús. Somos los jóvenes del mundo. ¿Qué podemos decirle?¿Qué escuchamos de sus labios o de sus comportamientos? Cada uno queremos demostrarle nuestra amistad, nuestra fe. Dejemos que el corazón se desborde en sus comunicaciones y deseos. Nuestra verdad puesta ante lo que Él nos pide. EN SILENCIO RECONOCEMOS, ADORAMOS, PEDIMOS PERDÓN, OFRECEMOS

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (11,23-26):

Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

GUÍA: Y oímos las palabras de Jesús: Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros…Tomad y comed. Comemos del pan. Tu vida se una a la nuestra. Ya no estaremos solos. Haced esto en memoria mía. Estarás presente. Actualizarás tu entrega en el pan y le vino. Ayúdanos a interiorizar estas palabras, a creer con todo el corazón. SILENCIO   DE UNIÓN, AGRADECIMIENTO.


Del santo evangelio según san Juan (13,1-15)

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»

GUÍA: Seguimos ahí en la sala del cenáculo. Tú quieres despedirte y dejar signos para que recordemos tu despedida. Cogiste agua y una toalla y quieres lavar los pies a los discípulos. Pedro no se deja lavar. Quieres limpiarnos el corazón, la vida. Quieres dar ejemplo para que aprendamos a hacerlo también nosotros, unos a otros. El servir unos a otros es tu encargo. Déjanos aprenderlo profundamente,  grabarlo en el corazón. Jesús, no te resultó fácil. Que aprendamos a ser hermanos.

SILENCIO DE ADMIRACIÓN, RECONOCIMIENTO, COMPROMISO.

DESPUÉS DE UN RATO DE ESTAR AHÍ, SINTETIZAMOS LOS MENSAJES.

OFRECEMOS, PEDIMOS, ALABAMOS

MARÍA NOS ACOMPAÑA. ¿Qué nos dice?

PADRE NUESTRO desde   tu corazón, Jesús, y desde el de todos.

 CANTAMOS

Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.

Jesús nos ha reunido, amémonos hermanos,
temamos al Señor, que marcha a nuestro lado.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Que cesen ya las guerras, que cese ya el dolor,
que en medio de nosotros 
esté Cristo, el Señor, Cristo, el Señor.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Jesús nos ha reunido, ahora sólo formamos
un solo corazón, amémonos, hermanos.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Acaben ya rencores, que no haya división,
que en medio de nosotros, esté Cristo, el Señor, Cristo, el Señor.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.
Cantemos al Dios vivo, unamos nuestras manos,
pidamos al Señor, que un día le veamos.
Donde hay amor, allí está Dios.
Donde hay amor, allí está Dios.