REZA
Y COMPARTE JUVENIL
ME LEVANTARÉ
GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 31-03-19
GUÍA: Estoy aquí, Padre
Dios. Todo es sencillo ante tu presencia. Tu luz hace claras todas las cosas.
Deja que te conozca, que tu sabiduría impregne mi alma y la haga capaz de
transparentar tu misericordia, tu bondad y tu presencia. Caminamos contigo, con
Jesús tu Hijo y con el Espíritu para
recorrer este camino que nos presentas para nosotros y para la humanidad de
estos tiempos. Todo es posible para ti y la marcha de la humanidad se va
realizando con entusiasmo y con sufrimiento. Haz el camino con tus hijos, completa
la obra de tus manos. SILENCIO DE TOMA
DE CONCIENCIA DE NUESTRO SER, DE TU SER, Y DE LA UNIÓN CONTIGO.
De la
segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,17-21):
Hermanos: Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo .
Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.
Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
Hermanos: Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo .
Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.
Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
GUÍA: Me levantaré! En
Cristo somos criatura nueva, reconciliados contigo, Padre, por medio de
Jesucristo. Dejarnos reconciliar contigo lleva la trayectoria de amor, de
perdón, de la muerte y resurrección de Jesús. Que nos abramos a tu misericordia
y recibamos el amor de Jesús encarnado, muerto y resucitado para salvarnos.
Levantarse de las caídas, del pecado, de la huida del Padre. En el silencio nos damos cuenta de nuestros
comportamientos. ¿Cómo respondemos? SILENCIO DE CONVERSIÓN, DE PERDÓN Y CAMBIO.
Del santo evangelio según san Lucas (15, 1-3.11-32):
En aquel tiempo, solían acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
- «Ese acoge a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola: - «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna."El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada.
Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros. "
Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.
Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo, " Pero el padre dijo a sus criados:
"Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado." Y empezaron a celebrar el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
Este le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud."
El se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Entonces él respondió a su padre:
"Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado."
El padre le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado"».
GUÍA: Me levantaré!
Volveré hasta mi padre. Muchas vueltas sobre nuestros pasos para alejarnos y
muchas vueltas para volver a ti, Padre. Nuestras acciones a veces son
negativas, malgastamos nuestros talentos, no cumplimos con tus deseos para
nosotros y para nuestros hermanos.
Reflexionamos, agradecemos tus dones y pedimos perdón por el tiempo
perdido o derrochado en el mal. Queremos volver a ti, danos tu fuerza para
rehacer la vida que nos regalas cada día. SILENCIO
DE DECISIÓN, DE OFRENDA, DE AGRADECIMIENTO
RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS Y
ORACIÓN. UNA FRASE NOS AYUDA A RECORDARLA
CALLAMOS, ESCUCHAMOS, PEDIMOS PERDÓN,
DAMOS GRACIAS.
INVOCAMOS A MARÍA NUESTRA MADRE ¿QUÉ LE
DECIMOS?
NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS
DE JESÚS. PADRE NUESTRO…
CANTAMOS
Sí, me levantaré
Sí, me
levantaré,/volveré junto a mi padre.
A Ti, Señor, elevo mi alma,/Tú eres mi Salvador.
Mira mi angustia, mira mi pena,/dame la gracia de tu perdón.
Mi corazón busca tu Rostro;/oye mi voz, Señor, ten piedad.
A Ti, Señor, te invoco y te llamo,/Tú eres mi roca, oye mi voz.
No pongas fin a tu ternura,/haz que me guarde siempre tu Amor.
Sana mi alma y mi corazón,/porque pequé Señor contra Ti.
Piedad de mí, oh Dios de ternura/sana mi alma, oh Salvador.
Tú sabes bien Señor mis pecados/ante tus ojos todos están.
Como el vigía espera la aurora,/así mi alma espera al Señor.
Abre mis labios para cantarte,/dame el gozar de la libertad.
Feliz el hombre a quien Dios perdona,/todas sus faltas, todo su error.
Aunque mis padres me abandonaran,/me acogería siempre mi Dios.
Tú mi alegría, Tú mi refugio,/todos los santos te cantarán.
Mi corazón te canta y exulta,/te alabaré por la eternidad.