REZA Y COMPARTE JUVENIL
TU PRESENCIA
GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 16-09-18
GUÍA: En tu presencia me reconozco como soy.
Reconozco el bien que hago y el que no hago. En tu presencia, todas las cosas
tienen luz propia y valor nuevo. Aclara mi mente y haz que me conozca mejor. Que
tu mirada serene mi ser en el perdón.
SILENCIO DE ILUMINACIÓN, RECONOCIMIENTO Y PERDÓN
De la carta
del apóstol Santiago (2,14-18)
¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta. Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.»
¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta. Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.»
GUÍA: En
tu presencia oímos la pregunta ¿De qué vale decir que tengo fe, si no tengo
obras? Sin las obras, la fe está muerta por dentro. Todo se conjuga entre estos
dos polos: Fe y obras. Observemos nuestra fe y nuestras obras.
Pedimos
al Espíritu derrame su luz sobre nosotros. Que su amor avive la fe, la
esperanza y el amor, para que las obras estén fortalecidas con su presencia. SILENCIO DE PETICIÓN, BÚSQUEDA Y
DISPONIBILIDAD
Del santo
evangelio según san Marcos (8,27-35):
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, preguntó a sus díscípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad.
Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»
Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.»
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, preguntó a sus díscípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad.
Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»
Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.»
GUÍA: Jesús quiere saber lo que piensa la
gente sobre él y lo que piensan los discípulos.
Luego les dice que el hijo del hombre será condenado, ejecutado y que
resucitará al tercer día. Pedro no lo comprende y quiere otros planes. Jesús lo
rechaza. El plan de Dios se va abriendo
paso.
Jesús
invita a la gente a seguirle, a ir con él en el proyecto de salvación que el Padre quiere. Su invitación
llega hasta nosotros hoy. ¿Qué haremos? SILENCIO
DE ESCUCHA, DE COMPRENSIÓN Y ELECCIÓN.
RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, ¿QUÉ FRASE
ESCOGEMOS?
PRESENTAMOS NUESTRO DESEOS, NUESTRA
OFRENDA, AGRADECEMOS
INVOCAMOS AL PADRE CON LOS PALABRAS DE
JESÚS: PADRE NUESTRO
CON MARÍA CAMINAMOS.
CANTAMOS
Cristo nos da la libertad (Erdozaín)
Cristo nos da la libertad,
Cristo nos da la salvación,
Cristo nos da la esperanza,
Cristo nos da el amor.
Cuando luche por la paz y la verdad,
la encontraré;
cuando cargue con la cruz de los
demás, me salvaré.
Dame, Señor, tu palabra;
oye, Señor, mi oración.
Cuando sepa perdonar de corazón,
tendré perdón;
cuando siga los caminos del amor,
veré al Señor.
Dame, Señor, tu palabra;
oye, Señor, mi oración.
Cuando siembre la alegría y la
amistad, vendrá el Amor;
cuando viva en comunión con los
demás, seré de Dios.
Dame, Señor, tu palabra;
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