REZA Y
COMPARTE JUVENIL
SUJETOS
AL ESPIRITU
GUÍA DE
ORACIÓN, 26 – 03 – 23 Domingo 5º de Cuaresma - Ciclo A
GUÍA:
Estáis sujetos al Espíritu. Con
él agradáis a Dios. Nos abrimos a esta Palabra y reconocemos la acción de Dios
en nuestra vida. El Espíritu nos da fortaleza, corrige lo que esta torcido,
alcanza al extraviado. Nos sentimos bajo la atracción del Padre y dirigidos por
Jesús y el Espíritu. Damos gracias y oramos con fe. SILENCIO DE ATENCIÓN, DE
DESEO, DE UNIÓN.
Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,8-11):
Los que
viven sujetos a la carne no pueden agradar a Dios. Pero vosotros no estáis
sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en
vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Pues bien, si
Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu
vive por la justificación obtenida. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de
entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a
Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo
Espíritu que habita en vosotros.
GUÍA: El Espíritu vivificará nuestros
cuerpos mortales, dice san Pablo a los Romanos. Él habita en nosotros. Lo
reconocemos, sentimos su presencia y nos disponemos a seguir sus pasos.
Visualizamos esta presencia en nosotros y en la humanidad deseosa de bien.
Pedimos por nuestras necesidades y las del mundo. SILENCIO DE APERTURA, DE
CONOCIMIENTO, DE VIDA.
Sal
129,1-2.3-4ab.4c-6.7-8
R/. Del
Señor viene la misericordia,
la redención
copiosa
Desde lo
hondo a ti grito, Señor;
Señor,
escucha mi voz,
estén tus
oídos atentos
a la voz de
mi súplica. R/.
Si llevas
cuentas de los delitos, Señor,
¿quién podrá
resistir?
Pero de ti procede
el perdón,
y así
infundes respeto. R/.
Mi alma
espera en el Señor,
espera en su
palabra;
mi alma
aguarda al Señor,
más que el
centinela la aurora.
Aguarde
Israel al Señor,
como el
centinela la aurora. R/.
Porque del
Señor viene la misericordia,
la redención
copiosa;
y él
redimirá a Israel
de todos sus
delitos. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45):
En aquel
tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron recado a Jesús, diciendo: «Señor, tu
amigo está enfermo.»
Jesús, al
oírlo, dijo: «Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la
gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»
Jesús amaba
a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se
quedó todavía dos días en donde estaba.
Sólo
entonces dice a sus discípulos: «Vamos otra vez a Judea.»
Cuando Jesús
llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que
llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.
Y dijo Marta
a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún
ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.»
Jesús le
dijo: «Tu hermano resucitará.»
Marta
respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día.»
Jesús le
dice: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto,
vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?»
Ella le
contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que
tenía que venir al mundo.»
Jesús
sollozó y, muy conmovido, preguntó: «¿Dónde lo habéis enterrado?»
Le
contestaron: «Señor, ven a verlo.»
Jesús se
echó a llorar. Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!»
Pero algunos
dijeron: «Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía haber impedido
que muriera éste?»
Jesús,
sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa.
Dice Jesús:
«Quitad la losa.»
Marta, la
hermana del muerto, le dice: «Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.»
Jesús le
dice: «¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?»
Entonces
quitaron la losa.
Jesús,
levantando los ojos a lo alto, dijo: «Padre, te doy gracias porque me has
escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me
rodea, para que crean que tú me has enviado.»
Y dicho
esto, gritó con voz potente: «Lázaro, ven afuera.»
El muerto
salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un
sudario.
Jesús les
dijo: «Desatadlo y dejadlo andar.»
Y muchos
judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús,
creyeron en él.
GUÍA: «Yo soy la resurrección y la vida:
el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá” Esta manifestación nos descubre
parte de Jesús, parte del Padre. Ante él, escuchamos la Palabra: Yo soy la
resurrección y la vida. Intuimos esta presencia, pedimos fe para mantenerla,
confianza para vivirla unidos a Jesús
que sigue actuando. SILENCIO DE PRESENCIA, DE RESURRECCIÓN, DE CONFIANZA.
RECOGEMOS
NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS PRESENTAMOS A JESÚS.
ADMIRACIÓN,
CONTEMPLACIÓN, ESCUCHA, UNIÓN.
NOS
DIRIGIMOS A MARÍA QUE HA VIVIDO CON SU HIJO.
ELEVAMOS
NUESTRA ORACIÓN AL PADRE, JUNTO CON JESÚS: PADRE NUESTRO…
CANTAMOS
1.
Cruzando el inmenso desierto/ peregrina el pueblo de Dios,
en busca
de cielos abiertos/ a la luz, la paz y el amor.
Yahvé
cambiará sus cadenas/ por la tierra de promisión;
allí será
el fin de sus penas/y hallará consuelo el dolor.
POR TI,
PATRIA ESPERADA/ ENCUENTRA LIGERA SU CRUZ.
POR TI, PATRIA
ESPERADA/NO APAGA EL DESIERTO SU FE.
POR TI,
PATRIA ESPERADA/ENCIENDE SU MARCHA EL AMOR.
POR TI,
PATRIA ESPERADA./POR TI.
2. El
nuevo Israel peregrino/va siguiendo en pos de una cruz:
la nube
que alumbra el camino/a través de un mundo sin luz.
El cielo
es el reino futuro,/nueva tierra de promisión,
que
orienta los pasos seguros/de este nuevo Pueblo de Dios.
3. Los
pueblos se agitan, sedientos,/bajo el peso de su dolor,
en busca
de paz y de aliento,/de verdad, de luz y de amor.
Escucha
su llanto angustiado,/que acompaña al triste marchar;
con ese su andar fatigado/van, Señor, buscando tu hogar.
"Sujetos al Espíritu" Unidos a él somos más fuertes y confiamos. Todo es posible para el que cree. Buen fin de semana.
ResponderEliminar"Os infundiré mi espíritu y viviréis." Escuchamos esta voz del Padre. Se queda con nosotros en Jesús y en el Espíritu. Lo actualizamos.
ResponderEliminar"El Espíritu de Dios habita en vosotros." Confiamos en él y actuamos según ese Espíritu. Buen día.
ResponderEliminarS. 129 "Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra;" ¿Es así? Esperamos confiadamente.
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