REZA Y COMPARTE JUVENIL
GUÍA DE
ORACIÓN JUVENIL 29 –06-2021
GUÍA: La fiesta de San Pedro y San Pablo
recuerda su martirio en defensa de la fe
en Jesús de Nazaret. Nos invita a seguir
su ejemplo de anunciadores del evangelio y testigos de su resurrección. En este
rato de oración nos centramos en su amor y compromiso con Jesús, en su empeño
por ser auténticos en medio de las luchas de la vida. Cada día trae su afán y
cada día hemos de resolver y acrecentar nuestro compromiso. Visualizamos su
testimonio y el nuestro. Lo presentamos a Jesús y al Padre, por el Espíritu. SILENCIO
DE PROFUNDIZACIÓN, DE VISIÓN, DE ATENCIÓN.
Lectura
de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (4,6-8.17-18):
Yo estoy a
punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido
bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda
la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día;
y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. El Señor me ayudó
y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos
los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de
todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los
siglos de los siglos. Amén.
GUÍA: Pablo está condenado y ve que su
tiempo se acaba. Ha gastado su vida en trabajos por el evangelio y por las comunidades
de cristianos. Confía en Jesús que le escogió y le ha acompañado en tantas
aventuras misioneras. También tú te has sentido atraído por Jesús. Has
intentado ser testigo del evangelio. Errores y aciertos están en tu mochila.
Pedimos al espíritu santo nos fortalezca en la fe, en la esperanza y en el el
amor. SILENCIO DE AGRADECIMIENTO, DE PETICIÓN Y DE ESPERANZA.
R/. El Señor me libró de todas mis
ansias
Lectura
del santo evangelio según san Mateo (16,13-19):
En aquel
tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus
discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos
contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno
de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro
tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le
respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado
nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo:
tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del
infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que
ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra
quedará desatado en el cielo.»
GUÍA: Dichoso tú, porque mi Padre te ha
revelado eso que has dicho, dijo a Pedro. Felices nosotros, cuando le reconocemos y acompañamos
en sus trabajos. Jesús sigue preguntando ¿Quién decís que soy yo?. Veamos
nuestra respuesta y la de nuestro mundo.
Que seamos
valientes al proclamarlo como Pedro: Tú eres el Hijo de Dios vivo. SILENCIO
DE ENCUENTRO, DE UNIÓN, DE PROMESA.
RECOGEMOS
NUESTROS SENTIMIENTOS, ORACIÓN, RECORDAMOS UNA FRASE Y LA REPETIMOS.
SILENCIO,
AMOR, COMPROMISO
INVOCAMOS
A MARÍA, NUESTRA MADRE, QUE NOS ACOMPAÑA EN EL CAMINO.
NOS
UNIMOS A LAS PALABRAS DE JESÚS EN SU ORACIÓN: PADRE NUESTRO...
CANTAMOS
Y juntos caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Somos un pueblo que camina,
Que marcha por el mundo buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos
En busca de un destino, destino de unidad.
Siempre seremos caminantes,
Pues sólo caminando podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Valor en las tristezas, valor en nuestro afán.
Danos la luz de tu Palabra,
Que guíe nuestros pasos en este caminar. Marcha, Señor, junto a nosotros,
Pues sólo en tu Presencia podremos alcanzar
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.
Andando entre las sombras de tanta oscuridad.
Todos los cuerpos desgastados,
Ya sienten el cansancio de tanto caminar;
Pero tenemos la esperanza
De que nuestras fatigas al fin alcanzarán
Otra ciudad que no se acaba,
Sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad
Fuente: LyricFind