SÍNODO JÓVENES,
PREPARACIÓN 8
Los jóvenes, la fe y el
discernimiento vocacional
DOCUMENTO PREPARATORIO (fragmento)
Elegir
Una vez reconocido e interpretado el mundo de los deseos y de las
pasiones, el acto de decidir
se convierte en ejercicio de auténtica libertad humana y de responsabilidad
personal, siempre claramente situadas y por lo tanto limitadas. Entonces, la elección escapa a la
fuerza ciega de las pulsiones, a las que un cierto relativismo contemporáneo
termina por asignar el rol de criterio último, aprisionando a la persona en la
volubilidad. Al mismo tiempo se libera de la sujeción a instancias externas a
la persona y, por tanto, heterónomas, exigiendo asimismo una coherencia de
vida.
Durante mucho tiempo en la historia, las decisiones fundamentales
de la vida no fueron tomadas por los interesados directos; en algunas partes
del mundo todavía es así, tal como se ha apuntado también en el capítulo I.
Promover elecciones
verdaderamente libres y responsables, despojándose de toda connivencia
con legados de otros tiempos, sigue siendo el objetivo de toda pastoral
vocacional seria. El discernimiento es en la pastoral vocacional el instrumento
fundamental, que permite salvaguardar el espacio inviolable de la conciencia,
sin pretender sustituirla (cfr. Amoris laetitia,
37).
La decisión debe ser sometida a la prueba de los hechos en vista
de su confirmación. La elección no puede quedar aprisionada en una interioridad
que corre el riesgo de mantenerse virtual o poco realista – se trata de un
peligro acentuado en la cultura contemporánea –, sino que está llamada a traducirse en acción, a
tomar cuerpo, a iniciar un camino, aceptando el riesgo de confrontarse con la realidad
que había puesto en movimiento deseos y emociones. Otros movimientos interiores
nacerán en esta fase: reconocerlos e interpretarlos permitirá confirmar la
bondad de la decisión tomada o aconsejará revisarla. Por esto es importante
“salir”, incluso del miedo de equivocarse que, como hemos visto, puede llegar a
ser paralizante.
El discernimiento vocacional no se realiza en un acto puntual, aun
cuando en la historia de cada vocación es posible identificar momentos o
encuentros decisivos. Como todas las cosas importantes de la vida, también el discernimiento vocacional es un
proceso largo, que se desarrolla en el tiempo, durante el cual es
necesario mantener la atención
a las indicaciones con las que el Señor precisa y específica una vocación que es
exclusivamente personal e irrepetible. El Señor les pidió a Abraham y a Sara
que partieran, pero sólo en un camino progresivo y no sin pasos en falso se
aclaró cuál era la inicialmente misteriosa «tierra que yo te mostraré» (Gén 12,1).
María misma progresa en la conciencia de su vocación a través de la meditación
de las palabras que escucha y los eventos que le suceden, también los que no
comprende (cfr. Lc 2,50-51).
El tiempo es fundamental para verificar la orientación efectiva de
la decisión tomada. Como enseña cada página del texto bíblico, no hay vocación
que no se ordene a una misión acogida con temor o con entusiasmo.
Acoger la misión implica la
disponibilidad de arriesgar la propia vida y recorrer la vía de la cruz,
siguiendo las huellas de Jesús, que con decisión se puso en camino hacia Jerusalén
(cfr. Lc 9,51) para ofrecer su vida por la humanidad. Sólo si
la persona renuncia a ocupar el centro de la escena con sus necesidades se abre el espacio para acoger el
proyecto de Dios a la vida familiar, al ministerio ordenado o a la vida
consagrada, así como para llevar a cabo con rigor su profesión y buscar
sinceramente el bien común. En particular en los lugares donde la cultura está
más profundamente marcada por el individualismo, es necesario verificar hasta
qué punto las elecciones son dictadas por la búsqueda de la propia autorrealización narcisista y
en qué grado, por el contrario, incluyen la disponibilidad a vivir la propia existencia en la
lógica de la generosa entrega.
Por esto, el contacto con la pobreza, la vulnerabilidad y la necesidad revisten
gran importancia en los caminos de discernimiento vocacional. En lo que
respecta a los futuros pastores, es oportuno examinar y promover el crecimiento
de la disponibilidad a dejarse
impregnar del “olor de las ovejas”.
En la base de discernimiento podemos identificar tres convicciones, muy arraigadas en la
experiencia de cada ser humano releída a la luz de la fe y de la tradición
cristiana. La primera es que el Espíritu de Dios actúa
en el corazón de cada hombre y de cada mujer a través de sentimientos y
deseos que se conectan a ideas, imágenes y proyectos. Escuchando con atención,
el ser humano tiene la posibilidad de interpretar estas señales. La segunda
convicción es que el corazón
humano, debido a su debilidad y al pecado, se presenta normalmente divido a causa de la atracción de
reclamos diferentes, o incluso opuestos. La tercera convicción es que,
en cualquier caso, el camino
de la vida impone decidir, porque no se puede permanecer indefinidamente
en la indeterminación. Pero es necesario dotarse de los instrumentos para reconocer la llamada del Señor
a la alegría del amor y elegir responder a ella.
Entre estos
instrumentos, la tradición espiritual destaca la importancia del acompañamiento personal. Para
acompañar a otra persona no basta estudiar la teoría del discernimiento; es
necesario tener la experiencia personal en interpretar los movimientos del
corazón para reconocer la acción del Espíritu, cuya voz sabe hablar a la
singularidad de cada uno. El acompañamiento personal exige refinar continuamente la propia sensibilidad a la voz del Espíritu
y conduce a descubrir en las peculiaridades personales un recurso y una
riqueza.
Se trata de favorecer la relación entre la persona y el Señor, colaborando a eliminar lo
que la obstaculiza. He aquí la diferencia entre el acompañamiento al
discernimiento y el apoyo psicológico, que también, si está abierto a la
trascendencia, se revela a menudo de fundamental importancia. El psicólogo
sostiene a una persona en las dificultades y la ayuda a tomar conciencia de sus
fragilidades y su potencial; el guía espiritual remite la persona al Señor y
prepara el terreno para el encuentro con Él (cfr. Jn 3,29-30).
Los pasajes evangélicos que narran el encuentro de Jesús con las
personas de su tiempo resaltan algunos elementos que nos ayudan a trazar el perfil ideal de quien acompaña
a un joven en el discernimiento vocacional: la mirada amorosa (la vocación de los primeros
discípulos, cfr. Jn 1,35-51); la palabra con autoridad (la enseñanza en la
sinagoga de Cafarnaún, cfr. Lc 4,32); la capacidad de “hacerse prójimo” (la
parábola del buen samaritano, cfr. Lc10,25-37); la opción de “caminar al lado” (los
discípulos de Emaús, cfr. Lc 24,13-35); el testimonio de autenticidad,
sin miedo a ir en contra de los prejuicios más generalizados (el lavatorio de
los pies en la última cena, cfr. Jn 13,1-20).
En el compromiso de acompañar a las nuevas generaciones la Iglesia acoge su llamada a colaborar
en la alegría de los jóvenes, más que intentar apoderarse de su fe
(cfr. 2Cor 1,24). Dicho servicio se arraiga en última
instancia en la oración y en
la petición del don del Espíritu que guía e ilumina a todos y a cada
uno.
GUÍA DE ACCIÓN
Lectura de cada párrafo, reflexión sobre él.
Confrontación de tu situación personal con lo que dice el Papa
Francisco.
Cuida: La
oración asidua, la Palabra de Dios, la frecuencia de la Eucaristía y
Reconciliación.
Presencia
de María Madre y Maestra.
Diálogo
con el Padre, con el Hijo Jesús, con el Espíritu.
Ofrecimiento.
"Sínodo Jóvenes 8" Nos presenta lo que el Papa quiere comentar con nosotros acerca de la fe y discernimiento vocacional. Con la Guía de Oración podemos profundizar el tema, rezar con él, encontrarnos con Jesús, ver cómo va nuestro proyecto de futuro y qué nos dice el Espíritu de Dios. Interiorizar la oración es importante.
ResponderEliminar"es necesario mantener la atención a las indicaciones con las que el Señor precisa y específica una vocación que es exclusivamente personal e irrepetible". A veces nos cuesta mantener la atención y no aterrizamos en comprender y decidirnos.
ResponderEliminar"Espíritu de Dios actúa en el corazón de cada hombre y de cada mujer a través de sentimientos y deseos que se conectan a ideas, imágenes y proyectos". Importante el hacer silencio y descubrir al Espíritu presente en nuestros pensamientos y proyectos.
ResponderEliminarDesde la Secretaría del Sínodo, se han habilitado grupos en facebook. Podéis acceder a https://www.facebook.com/groups/pre.sinodal. Los días 19-23, es la reunión se puede seguir en Facebbok. ¿Te animas?
ResponderEliminar"Se trata de favorecer la relación entre la persona y el Señor, colaborando a eliminar lo que la obstaculiza" Sí, nuestros caminos son a veces oscuros, nuestras relaciones indefinidas. Jesús ayúdanos a confiar en ti.
ResponderEliminar"La elección no puede quedar aprisionada en una interioridad que corre el riesgo de mantenerse virtual o poco realista" Confrontarnos con la realidad, qué podemos hacer nosotros, hacer pequeñas experiencias y decidir a mayor nivel. Jesús, ayúdanos con luz y decisión.
ResponderEliminar