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viernes, 8 de noviembre de 2024

HA ECHADO …MÁS QUE NADIE

 

REZA Y COMPARTE JUVENIL

HA ECHADO …MÁS QUE NADIE


GUÍA DE ORACIÓN J 10-11-24  XXXII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

 

GUÍA: Jesús estaba en  el templo predicando. Se fija en la viuda que echa su moneda. Ha echado más que los otros. La mujer de Sarepta también da todo lo que le queda. El Espíritu Santo mueve a los humildes y los lleva a dar lo que tienen. En silencio reconocemos al Señor. Reconocemos nuestras limosnas y ofrecimientos. SILENCIO DE  RECONOCIMIENTO, DE HUMILDAD, DE GENEROSIDAD.

 

Lectura de la carta a los Hebreos (9,24-28):

 

Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres imagen del auténtico, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos.

 

GUÍA: El don de la viuda es alabado por Jesús. La viuda de Sarepta también ofrece lo que tiene. Jesús se entrega a si mismo para salvar a los pecadores. Nos unimos a estas ofrendas y buscamos cómo renovar las ofrendas junto con la ofrenda de Jesús. SILENCIO DE VISUALIZACIÓN, DE CERCANÍA, DE DONACIÓN.

 

Salmo

Sal 145,7.8-9a.9bc-10

R/. Alaba, alma mía, al Señor

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,38-44):

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero; muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.
Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

 

GUÍA: Cuidado con los escribas , quieren ser vistos, quieren los primeros puestos en las sinagogas. Jesús quiere la humildad y la limosna desde el corazón. Alaba a las dos viudas que echan lo que necesitan para vivir. Volvamos a distinguir el don y la ofrenda generosa. SILENCIO DE HUMILDAD, DE GENEROSIDAD, DE DISPONIBILIDAD.

 

Ser vistos y estimados es algo que puede atraer a una persona. La verdad del corazón es lo que cuenta en nuestros actos. Jesús alaba a la viuda que echa lo que tiene aunque sea poco. ¿Cómo damos nosotros? Mucho, poco, de lo que nos sobra o cómo lo seleccionamos? Visualizamos nuestros dones. SILENCIO DE REFLEXIÓN, EXAMEN, CAMBIO.

 

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LOS OFRECEMOS AL PADRE.

 

MARÍA NOS ACOMPAÑA EN LA ORACIÓN IMITAMOS SU ESCUCHA.

 

BUSCAMOS LA FORMA DE ASIMILAR LO QUE SE NOS HA DICHO.

 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS. PADRE NUESTRO.

 

CANTAMOS:

/Siempre confío en mi Dios /2
Él me conduce, no temo. Me acompaña al caminar.

Aunque sin luz camine yo en la noche, aunque el temor me impida avanzar.

/Siempre confío en mi Dios /2
Aunque perdido yo vaya por las calles,
Sin encontrar amor y amistad.

/Siempre confío en mi Dios /2
Aunque yo inquieto me mueva todo el día,
Sin encontrar la paz del corazón.

/Siempre confío en mi Dios /2
Aunque las fuerzas me falten en la vida,
Y la ilusión se apague frente a mí.

/Siempre confío en mi Dios /2
Aunque el camino se oculte en las tinieblas.
Aunque no vea tu sombra al avanzar.

/Siempre confío en mi Dios /2
Fuente: 
https://youtu.be/b7s3uQLeQVA 

5 comentarios:

  1. Ha echado más que nadie. Jesús reconoce las ofrendas. ponemos la nuestra con ilusión y generosidad.

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  2. "Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres imagen del auténtico, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros." Nos unimos a él para implorar misericordia.

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  3. Siempre confío en mi Dios. Aunque perdido yo vaya por las calles, sin encontrar amor y amistad. siempre confío en m Dios. Cuidemos la fe y la confianza. Cada día necesita el riego de fe y de obras. Seamos constantes.

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  4. "Cristo ha entrado ... para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros" Lo visualizamos y somos conscientes de su súplica por toda la humanidad. Contemplamos su gloria y su amor.

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  5. María nos acompaña en la oración. Imitamos su escucha de la Palabra y cómo la guardaba en su corazón. Oramos.

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