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viernes, 28 de junio de 2024

¡DISTÍNGANSE!

 

REZA Y COMPARTE JUVENIL

¡DISTÍNGANSE!

 

GUÍA DE ORACIÓN J 30-06-24  XIII Domingo Ordinario. Ciclo B

 

 GUÍA: Estamos aquí, Padre Dios. En tu presencia nos reconocemos como hijos amados y hermanos capaces de amar. Espíritu Santo, con tu luz y tu verdad agradecemos la vida, el amor, la misericordia. Jesús, tu palabra nos conduce y acompaña en la vida y cada día. Acércanos a ti y todo será mejor. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE CERCANÍA, DE CONFIANZA.

 

 

De la segunda carta de San Pablo a los Corintios 2 Cor 8, 7. 9. 13-15

Hermanos: Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad.

Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza.

No se trata de que los demás vivan tranquilos, mientras ustedes están sufriendo. Se trata, más bien, de aplicar durante nuestra vida una medida justa; porque entonces la abundancia de ustedes remediará las carencias de ellos, y ellos, por su parte, los socorrerán a ustedes en sus necesidades. En esa forma habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que recogía mucho, nada le sobraba; al que recogía poco, nada le faltaba.

 

GUÍA: Distinguirse en la fe y distinguirse en la generosidad. San Pablo se lo dice a los corintios. El bien y la abundancia repartida y entregada hace que todo sea más fácil y que todos compartan lo que fue dado para todos. Espíritu de Amor, alimenta nuestras vidas con tu fuerza y distribuye tu Espíritu entre tus fieles. SILENCIO DE CONSCIENCIA, DE ABUNDANCIA, DE GENEROSIDAD.

 

Lectura del santo Evangelio según San Marcos Mc 5, 21-43

 

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: "Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva". Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.

Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.

Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: "¿Quién ha tocado mi manto?" Sus discípulos le contestaron: "Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: '¿Quién me ha tocado?' " Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad".
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: "Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?" Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que tengas fe". No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.

Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: "¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida". Y se reían de él.

Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: "¡Talitá, kum!", que significa: "¡Óyeme, niña, levántate!" La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.

 

GUÍA: Jesús cura a las gentes que creen en él. Nos unimos a la gente e invocamos su acción sobre nosotros. Con el hombre que pide la curación de su hija, con la mujer que toca el manto, con tantas personas necesitadas le reconocemos y pedimos su favor. Confiamos en ti, Jesús. Enséñanos a orar, a creer, a esperar. SILENCIO DE PRESENCIA, DE FE, DE ESPERA.



RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN: Una frase nos ayuda a recordarla.


INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y AMIGA, QUE NOS AYUDE. 


NOS DIRIGIMOS AL PADRE COMO JESÚS: PADRE NUESTRO…

 

CANTAMOS

 

Gloria a ti por siempre,

Por siempre, por siempre.

Gloria a ti por siempre,

Por siempre,  amén. (bis)

 

Cielo y tierra cantad

himnos al Creador.

Decidle al viento y al mar

la Gloria del Señor.

 

Pueblos en libertad,

campos en esplendor;

decidle a la humanidad

la Gloria del Señor.

 

Siempre cantaré,

siempre alabaré

las maravillas de Dios,

la Gloria del Señor.

Leer más:

 
https://el-cancionero-de-blanca.webnode.es/cancionero/gloria/gloria-a-ti-por-siempre/

  

5 comentarios:

  1. "Distínganse" en generosidad. La Palabra nos enseña valores importantes y acentúa la generosidad. Visualizamos nuestros valores y en cuáles nos distinguimos alguna vez. Espíritu Santo envía tu luz y tu verdad.

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  2. '¿Quién me ha tocado?' ". Jesús pregunta ¿Quién me ha tocado, con fe?. Muchos le rodeaban pero quizás les faltaba la fe. Nos preguntamos cómo le buscamos y tocamos nosotros. Reflexión, oración, acción.

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  3. "No temas, basta que tengas fe". Hoy se nos dice lo mismo
    . Confiamos .

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  4. Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza.

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  5. "Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada." Una mujer toca a Jesús con fe de ser curada y es curada. Tu fe te ha curado. Le dijo Jesús. Avivamos la fe y nos acercamos a él.

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