REZA Y COMPARTE JUVENIL
COMPASIVO, MISERICORDIOSO
GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 13-09-20
GUÍA: Padre, tu palabra nos llama
a la misericordia, al perdón. Eres compasivo y quieres que nosotros también lo
seamos. Cambia nuestro corazón para que se aleje la ira y la discordia. Llena nuestro corazón de tu
amor. Tu misericordia dura por siempre. Que tu fidelidad nos acompañe y enseñe
a ser misericordiosos. SILENCIO DE COMPRENSIÓN, DE PAZ, DE GENEROSIDAD.
De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
(14,7-9):
Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno
muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos
para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor. Para esto murió y
resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos.
GUÍA: ¿Qué me dice la Palabra por medio de San Pablo? No vivimos ni
morimos para nosotros mismos. Visualizamos el mar y ahí en la inmensidad,
reconocemos al creador y al que nos hace instrumentos de su paz, de concordia y
esperanza. En todo momento somos sus hijos y transmisores de su bondad. Cristo nos lo consigue con su muerte y
resurrección. En sus manos aportamos lo que somos y tenemos. Gracias, Jesús. SILENCIO
DE CONTEMPLACIÓN, DE COMPRENSIÓN, DE ENTREGA.
Del santo evangelio según san Mateo (18,21-35):
En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a
Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar?
¿Hasta siete veces?»
Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces,
sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos
se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar
a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con
qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y
todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le
suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo." El
señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.
Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía
cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: "Págame lo que me
debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo
metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido,
quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces
el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la
perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu
compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado, lo
entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con
vosotros mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»
GUÍA: Aquel siervo recibe el perdón
de su gran deuda. Él no perdona la pequeña cantidad que le deben. Usa dos
medidas. Una para él y otra para el compañero. El dueño se siente ofendido y
cambia el trato. ¿Lo podemos aplicar a
nuestras situaciones?. ¿Queremos el perdón pero nosotros no perdonamos?. En nuestro interior descubrimos la forma de
actuar. SILENCIO DE REFLEXIÓN, PERDÓN Y CONFIANZA.
RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE NOS AYUDA A
RECORDAR.
CONTEMPLACIÓN, AGRADECIMIENTO, PERDÓN, AMOR.
INVOCAMOS A MARÍA QUE NOS ENSEÑA A RECIBIR LA PALABRA
DE DIOS.
NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE
NUESTRO.
CANTAMOS:
TU MISERICORDIA, SEÑOR/ME CAMBIA
EL CORAZÓN
Te doy gracias/porque me miras con
amor
te doy gracias/porque escuchas mi
oración
te doy gracias por siempre,/por
siempre, Señor
pues tu misericordia/me cambia el
corazón
TU MISERICORDIA, SEÑOR/ME CAMBIA
EL CORAZÓN
Llevaré tu Nombre/grabado en mis
entrañas
llevaré tu mirada/reflejada en mi
mirada
llevaré la luz de tu amor,/por
donde vaya
pues tu misericordia/me cura y me
restaura
TU MISERICORDIA, SEÑOR/ME CAMBIA
EL CORAZÓN
Cuando ya no puedo caminar, Tú me
acompañas
cuando pesa más la realidad, tomas
mi carga
cuando se endurece el corazón, tu
amor lo ablanda
porque tu misericordia/lo descansa
TU MISERICORDIA, SEÑOR/ME CAMBIA
EL CORAZÓN