REZA
Y COMPARTE JUVENIL
PROBADO
EN TODO
GUÍA:
Venimos a ti, Padre
Dios, sintiéndonos hijos y atraídos por
tu misericordia. Tú perdonas nuestras
faltas y nos buscas por todos los caminos. Tu Hijo Jesús nos lleva a tu
presencia. El Espíritu limpia nuestro corazón de toda mancha. Agradecemos esa
presencia y te reconocemos en nosotros. SILENCIO DE PRESENCIA, DE PERDÓN, DE ACCIÓN DE GRACIAS
De la carta
a los Hebreos (4,14-16):
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
GUÍA: Probado en todo menos en el pecado, Jesús se hace hermano de los cercanos y de los lejanos. Abrimos el corazón a la gracia. Revisamos sus pruebas, sus trabajos y en ellas recibimos, sentimos la salvación.
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.
GUÍA: Probado en todo menos en el pecado, Jesús se hace hermano de los cercanos y de los lejanos. Abrimos el corazón a la gracia. Revisamos sus pruebas, sus trabajos y en ellas recibimos, sentimos la salvación.
Acerquémonos a la gracia y
experimentaremos su misericordia. Jesús, probado y cercano, es hermano, amigo,
salvador del extraviado. SILENCIO DE
ADMIRACIÓN, ADORACIÓN, GRACIA
Del santo evangelio según san Marcos (10,35-45):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»
GUÍA: La vida se impregna de poder, de
tener, de placer. Nos impregna también a nosotros, nos aleja de Dios. El hijo del
hombre no viene para ser servido sino par servir. Jesús sufre la tentación pero
la rechaza. La tentación también nos cerca a nosotros a veces. Analicemos
nuestras pruebas, nuestras tentaciones en este rato de oración. Unámonos a
Jesús que libremente las supera y nos llama a vencerlas en confianza y amor. SILENCIO DE UNIÓN, DE LIBERACIÓN, DE
CONFIANZA.
RECOGEMOS
NUESTRA ORACIÓN, RECORDAMOS UNA FRASE
INVOCAMOS
A MARÍA, MADRE Y AMIGA
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE JUNTO CON
JESÚS: PADRE NUESTRO…
CANTAMOS:
JESÚS ES SEÑOR. CANTA KAIROI.
Jesús es, Jesús es Señor, Jesús es, Jesús es
Señor, Jesús es, Jesús es Señor...
Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya,
aleluya...
Gloria a
Dios, gloria, gloria a Dios, gloria a Dios, gloria, gloria a Dios, gloria a
Dios, gloria, gloria a Dios...
Jesús
es, Jesús es Señor...
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