REZA Y COMPARTE JUVENIL
PRE-SÍNODO JÓVENES
Documento de la
Reunión pre-sinodal para la preparación de la XV Asamblea General Ordinaria del
Sínodo de los Obispos (Roma, 19-24 marzo 2018), 24.03.2018
«LOS JÓVENES, LA FE Y EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL»
ROMA, 19-24 DE MARZO 2018
INTRODUCCIÓN
El joven de hoy se encuentra con
una gran cantidad de desafíos
y oportunidades internos y externos, muchos de ellos son específicos de su ambiente, mientras
otros son compartidos en todo
el mundo. A la luz de esto, es necesario que la Iglesia reflexione sobre su concepción de los
jóvenes y el modo de interactuar con ellos, para ser una guía que sea efectiva,
relevante y portadora de vida.
Para iniciar, es
importante clarificar los parámetros de este documento. No se trata de componer un tratado
teológico, ni de establecer una nueva enseñanza de la Iglesia. Más bien, es una reflexión sobre
realidades específicas, personalidades, creencias, y experiencias de jóvenes de todo el mundo.
Este documento está destinado a los Padres Sinodales, como una orientación que
les ayude a comprender mejor a los jóvenes: una hoja de ruta para el Sínodo de
los Obispos sobre “Jóvenes, Fe y Discernimiento vocacional” de octubre de 2018.
Es importante que estas
experiencias sean vistas y
entendidas de acuerdo a los distintos contextos en que los jóvenes se encuentran.
Estas reflexiones surgen
de la reunión de más de 300 jóvenes representantes de todo el mundo, convocados
en Roma del 19-25 de marzo de 2018, en la Reunión Pre-Sinodal de Jóvenes.
Este documento es un resumen de los aportes de todos los participantes, basado en el
trabajo de 20 grupos lingüísticos y en la participación de 15,000 jóvenes
conectados online a través de grupos de Facebook. Este documento es una de las
fuentes, entre otras, que conformarán el Instrumentum Laboris, que contribuirá al trabajo del Sínodo
de Obispos de 2018. Esperamos que la Iglesia y otras instituciones puedan
aprender de este proceso Pre-Sinodal y escuchar la voz de los jóvenes.
Una vez aclarado lo
anterior, podemos avanzar para explorar con apertura y fe dónde se encuentra el
joven hoy, dónde el
joven se ve en relación con
otros, y cómo nosotros como Iglesia podemos acompañarlos de la mejor forma hacia una comprensión
más profunda de ellos mismos y de su lugar en el mundo.
PARTE I
DESAFÍOS Y OPORTUNIDADES DE LOS JÓVENES EN EL MUNDO
ACTUAL
1. La formación de la
personalidad
Los jóvenes buscan el sentido de su vida en
comunidades que los apoyen, los inspiren, que sean auténticas y
abiertas: comunidades que les empoderen. Reconocemos varios lugares que nos
ayudan al desarrollo de nuestra personalidad, principalmente la familia. En muchas partes
del mundo, el rol de los adultos y la reverencia por los antepasados, son
factores que contribuyen a la formación de la identidad. Sin embargo, esto no
es universal, ya que el modelo tradicional de familia está en crisis en algunas
partes y esto hace sufrir a los jóvenes. Algunos dejan atrás sus tradiciones familiares esperando ser más
originales de aquello que consideran como “estancado en el pasado” y “pasado de
moda”. Por otro lado, en algunas partes del mundo, los jóvenes buscan su propia
identidad permaneciendo enraizados en sus tradiciones familiares y luchando por
permanecer fieles a la forma en que fueron criados.
La Iglesia necesita, por tanto, apoyar más a
las familias y su formación. Esto es particularmente relevante en
algunos países donde no hay libertad de expresión, y donde se les impide
participar en la Iglesia, teniendo que ser formados en la fe por sus padres en
el hogar.
El sentido de pertenencia es un factor significativo a la hora de formar la propia identidad. Muchos
experimentan que la exclusión social es un factor que contribuye a la pérdida
de autoestima y de identidad. En el Medio Oriente, muchos jóvenes se sienten obligados
a convertirse a otras religiones para ser aceptados por sus pares y el ambiente
de una cultura dominante. Las
comunidades de inmigrantes en Europa también sienten esto agudamente, pues la presión social los
empuja a dejar su propia identidad cultural y asimilar la cultura dominante.
Ésta es un área en la cual la Iglesia debe ser ejemplo y proveer espacio de
sanación para nuestras familias; al afrontar estas situaciones, la Iglesia demuestra que hay lugar
para todos.
Vale la pena destacar
que la identidad del joven
también se forma por
nuestras relaciones externas y pertenencia a grupos específicos, asociaciones y
movimientos activos también fuera
de la Iglesia. A veces, las parroquias ya no son lugares de conexión.
Reconocemos el rol de educadores y amigos, por ejemplo, líderes de grupos
juveniles que pueden llegar a ser para nosotros buenos ejemplos. Necesitamos
encontrar modelos atractivos, coherentes y auténticos. Necesitamos explicaciones racionales y críticas para
los asuntos complejos. Las respuestas simples no nos satisfacen.
Actualmente, algunos
consideran la religión un
asunto privado. A veces, sentimos que lo sagrado resulta lejano de nuestra vida cotidiana. La
Iglesia suele aparecer como demasiado severa y excesivamente moralista. En
otras ocasiones, en la Iglesia, es difícil superar la lógica del “siempre se ha
hecho así”. Necesitamos
una Iglesia acogedora y
misericordiosa, que aprecie sus raíces y patrimonio, y que ame a todos, incluso
a aquellos que no siguen los estándares. Muchos de los que buscan una vida
pacífica acaban entregándose a filosofías o experiencias alternativas.
Otros lugares clave de
pertenencia son grupos como las
redes sociales, los amigos y compañeros, como también nuestro ambiente
social y cotidiano. Estos son lugares en los que muchos de nosotros pasamos la
mayor parte de nuestro tiempo. A menudo, nuestras escuelas no nos enseñan a desarrollar nuestro
pensamiento crítico.
Momentos cruciales para
el desarrollo de nuestra identidad son: decidir qué vamos estudiar, elegir nuestra profesión, decidir nuestras
creencias, descubrir
nuestra sexualidad, y asumir
compromisos decisivos para nuestras vidas.
También nuestras experiencias con la
Iglesia pueden modelar y afectar la formación de nuestra identidad y
personalidad. Los jóvenes están profundamente involucrados e interesados por temas
como la sexualidad, las
adicciones, los
matrimonios fracasados, las familias rotas; como también por otros temas de
mayor alcance social como el crimen organizado, el tráfico humano, la violencia,
la corrupción, la explotación, el feminicidio, las diversas formas de persecución y la degradación
del medio ambiente.
Todo esto es una preocupación grave para comunidades vulnerables en todo el mundo. Tenemos miedo porque en muchos de nuestros países existe una inestabilidad social, política y económica.
Todo esto es una preocupación grave para comunidades vulnerables en todo el mundo. Tenemos miedo porque en muchos de nuestros países existe una inestabilidad social, política y económica.
Al afrontar estos retos, necesitamos
inclusión, acogida, misericordia y ternura de parte de la Iglesia como
institución y como comunidad de fe.
Este fragmento ofrece parte de lo dicho por los jóvenes.
ACCIÓN
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