CRISTO EUCARISTÍA
GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 03-06-18
GUÍA: Día de la Eucaristía. Pan y vino, presencia del cuerpo y vida
de Cristo. Memorial de la muerte y resurrección de Jesús. Es la fiesta de Jesús,
pan Eucaristía. Con todo el pueblo cristiano, reconocemos a Jesús presente en
el pan y el vino. Con todos los hombres y mujeres, con Jesús y el Espíritu, alabamos, bendecimos y adoramos al Padre Dios. Nuestra oración se hace
agradecimiento, fe y alabanza por tan gran don. SILENCIO AGRADECIDO, CREYENTE Y ADORADOR.
Lectura de la carta a los Hebreos (9,11-15):
Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna. Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo. Por esa razón, es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna.
Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Su tabernáculo es más grande y más perfecto: no hecho por manos de hombre, es decir, no de este mundo creado. No usa sangre de machos cabríos ni de becerros, sino la suya propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación eterna. Si la sangre de machos cabríos y de toros y el rociar con las cenizas de una becerra tienen poder de consagrar a los profanos, devolviéndoles la pureza externa, cuánto más la sangre de Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo. Por esa razón, es mediador de una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha redimido de los pecados cometidos durante la primera alianza; y así los llamados pueden recibir la promesa de la herencia eterna.
GUÍA: Jesús se ofrece a Dios
Padre, como sacrificio sin mancha y purifica nuestras conciencias. Ante este hecho, ¿podemos pasar de largo y preferir otras
cosas, otras ofertas? Veamos nuestra situación, nuestra relación con Jesús Eucaristía,
nuestro estar con él en un rato de oración, nuestra presencia en la Eucaristía
del domingo, nuestra atención al que nos
necesita, nuestras responsabilidades.
Es mediador de una nueva alianza
con el Padre. Aportemos lo mejor de cada uno de nosotros, en el día a día,
unido a su sacrificio. SILENCIO DE AMOR
Y COMPROMISO
Lectura del santo evangelio según
san Marcos (14,12-16.22-26):
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.»
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.»
Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.»
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras comían. Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.»
Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
GUÍA: Jesús prepara la
Pascua, la primera Eucaristía, la despedida. Participemos de este momento. Oímos las
palabras: Esto es mi cuerpo…Ésta es mi sangre…derramada por todos. Tomad,
comed, bebed. A veces lo hacemos distraídos y poco preparados. Jesús, ayúdanos
a recibirte con un corazón creyente. Que te reconozcamos y confiemos en ti.
Hacemos la presentación de nosotros mismos, de toda la humanidad y presentamos
todas las necesidades y dones que podemos ofrecer. SILENCIO DE OFRENDA,
PETICIÓN, ADORACIÓN.
RECOGEMOS LA ORACIÓN Y LA PRESENTAMOS AL PADRE, A JESÚS HIJO Y AL ESPÍRITU
AGRADECEMOS, ADORAMOS, PEDIMOS
INVOCAMOS A MARÍA, MADRE Y
ADORADORA
NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESÚS: PADRE NUESTRO…
CANTAMOS
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