ORACIÓN JUVENIL 16-10-2016

GUÍA: ¡Buenos días, Señor! Estoy aquí ante ti, me conoces y me amas espero en tu misericordia y tu amor. Soy yo, ya sabes mis andanzas y caminos. En este silencio que me proporcionas te reconozco como Padre bueno, Dios, creador del cielo y de la tierra. Quiero fortalecer mi fe junto  a ti. Enséñame a estar abierto a tu palabra y a tu misericordia. El camino de la reconciliación contigo se abre  ante mí. Que lo descubra y camine por él. Tu encuentro me alegra pero soy débil y poco constante, ayúdame. SILENCIO DE ENCUENTRO, RECONCILIACIÓN Y RESPUESTA.

 De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,14–4,2:

Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir.

GUÍA: Me dices que permanezca en lo aprendido, en lo que se me ha confiado, en la fe. ¡Cuántas veces digo sí, pero vuelvo atrás! La Palabra de Dios da sabiduría  para vivir personalmente y con los demás. Es una gran tarea que sólo Tú puedes llevar a cabo en plenitud. Ser testigos de esa palabra y de Jesús que nos salva y transforma en personas nuevas es lo quieres de nosotros. Fortalécenos en la fe, Danos esperanza grande y amor sincero. SILENCIO DE PROFUNDIZACIÓN Y ACOGIDA.

Del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):

En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: "Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara."» 
Y el Señor añadió: «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?»

GUÍA: Jesús enseña cómo orar: Con insistencia, sin desanimarse. Es verdad, a veces olvidamos estos requisitos. Otra condición es hacerlo con fe. Jesús termina con una pregunta ¿Encontrará fe en la tierra? Demos nuestra respuesta personal. ¿Cómo es nuestra fe? En tu presencia nos vemos pequeños y con una fe débil. Ayúdanos a creer y que seamos encontrados de tu parte en todo momento.SILENCIO DE ACOGIDA, QUE EXPRESA SU FE.

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS.

OFRECEMOS AL PADRE

PETICIONES

PADRE NUESTRO

INVOCAMOS A MARÍA

CANTAMOS

  Gracias, Señor, por tus misericordias,

 que me cercan en número mayor

que las arenas de los anchos mares

y que los rayos de la luz del sol.

 Porque te tengo tan a mano,

 en el sagrario y en mi corazón……

Porque nunca fui a Ti que o te hallase

 Gracias Señor.

 Porque estoy en la casa de tu Madre

 y porque me has llenado el corazón,

de una felicidad nunca soñada,

 Gracias, Señor ...