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Blog de ORACIÓN JUVENIL. Si eres creyente, encuéntrate con Dios cada día. Si no lo eres, búscalo y Él te encontrará. Puedes comentar tus impresiones.

sábado, 12 de marzo de 2016

ORACIÓN JUVENIL 13-13-16







GUÍA: Buenos días, Padre Dios. Hemos pasado una  semana más. Hemos estado juntos en el camino. Jesús Resucitado y el Espíritu también nos han acompañado. Cuando vamos juntos, la vida tiene otro sabor, el tiempo se ilumina. Gracias, por tu presencia. Juntos hemos caminado, hemos encontrado momentos de acción y de espera. Dar sentido a lo que hacemos  es importante. Actuar desde nosotros mismos pero también llegar a los demás y Tú en medio de nosotros. Repasamos la semana vivida. Nos disponemos a escuchar la voz del Señor. SILENCIO MEDITATIVO, AGRADECIDO Y ABIERTO.

Del santo evangelio según san Juan (8,1-11):

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
- «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
- «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
- «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
- «Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
- «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».





GUÍA: Acompañamos a Jesús en el templo de Jerusalén. Estamos entre la gente. Observamos. Una mujer es traída ante Jesús para que la juzgue. Jesús escribe en el suelo. Ante la insistencia: El que esté libre de pecado que le tire la primera piedra. La mujer se queda sola ante Jesús. ¡Cuánta compasión y dolor en el corazón de Jesús. Cuánto dolor en el corazón de la mujer!. Él le pregunta: ¿nadie te condenó?. Ninguno, Señor. Tampoco yo te condeno. Anda, y no peques más. Si cambiamos el personaje y nos ponemos en su lugar, seguro que afloran muchos sentimientos. Reproducimos la escena y nos sentimos perdonados, amados, agradecidos. SILENCIO CERCANO, ARREPENTIDO, AGRADECIDO.

OFRECEMOS nuestra oración al Señor y nuestra respuesta.

PETICIONES


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PADRE NUESTRO unidos a todos los jóvenes del mundo.   

CANTAMOS:
"Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va./Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven”


7 comentarios:

  1. Flores y piedras. Que perdonemos y seamos perdonados.

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  2. «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».- «Ninguno, Señor».
    - «Tampoco yo te condeno. Anda, y no peques más»." Están los dos: la pecadora y Jesús. ¿nos imaginamos a nosotros en esa situación?... Liberados por él. Vueltos a la vida. Dios recogerá nuestra vida en sus manos.

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  3. "todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba."Jesús está comprometido con la misión que el Padre le ha encargado, predicar la Buena noticia de la salvación.Dar a conocer al Padre. Hoy la gente sigue teniendo sed de felicidad y plenitud. Jesús sigue enseñando y dando a conocer al Padre Dios. Necesita de amigos que le ayuden en esta tarea. Señor, enséñanos a creer y compartir nuestra fe.

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  4. «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».Nos hace pensar en el propio fallo, no en el fallo de los otros. A veces juzgamos a los demás y nos olvidamos de que hemos fallado más de una vez. Actuemos rectamente y dejemos que juzgue Dios. No es cuestión de atacar a otros cuando se está en la misma situación que ellos.

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  5. "Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás, contigo por el camino, Santa María va." Pedimos a María nos acompañe y seamos pacificadores, no jueces. Cada uno somos responsables de nuestros actos.

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  6. "La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?»." Le ponen en apuro para ver su opinión. La ley manda... pero Él está más allá de la ley y sabe perdonar. ¿Nos cuesta perdonar? ¿Comprendemos al que cae?

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