GUÍA: Es Jueves Santo.
Hacemos el memorial de Jesús, su entrega en los signos del pan y del vino,
su entrega a los enemigos. Nuestra oración juvenil nos une a Él. Quiere
hacernos partícipes de sus sentimientos de sus vivencias en este día. Somos
amigos de Jesús y no podemos dejarle solo. Un amigo nos necesita. Vamos con Él
al Cenáculo. Somos un invitado más. Hagamos espacio en nosotros para captar
todo lo que pasa allí y su significado. Gracias, Jesús por tu invitación. Que no quedemos como meros
espectadores. Soseguemos nuestro interior y acompañemos con amor y con fe.
SILENCIO CREYENTE, AMOROSO.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
(11,23-26):
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.
GUÍA: Hoy celebramos este memorial. Hacemos lo que
Él dijo: Haced esto en memoria mia. Hoy se hace para nosotros, para los del siglo
XXI. Vemos la concentración de Jesús, es algo muy importante. Es su última
Pascua, su última cena. Quiere quedarse con nosotros y se queda en el signo, el
sacramento del Pan y el Vino. Y quiere que lo hagamos en su memoria. Alimento
para la vida y entrega de su vida. Consideremos
estas palabras. Dejemos que entren en nosotros con fuerza y fe. Ahora le
sentimos cerca y queremos que no sea sólo un día sino que le acompañemos en
nuestro día a día en la Eucaristía, en el Sagrario, en las personas que nos
necesitan. SILENCIO DE AMISTAD, AGRADECIDO, ADORADOR.
Del santo evangelio según san Juan (13,1-15)
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»
GUÍA: Otro gesto, el lavatorio de los pies.
¿Comprendéis lo que he hecho? También vosotros debéis lavaros los pies unos a
otros. Amar como el Señor amó nos dice mucho pero tenemos que asimilar su
contenido. Ser servidor, misericordioso es otra forma de decirlo. Hagamos
nuestra reflexión. Digámosle que nos enseñe y grabe en nosotros su lección. SILENCIO ADORADOR, DE AMIGO, QUE DA
RESPUESTAS.
OFRECEMOS
NUESTRA ORACIÓN AL SEÑOR
PETICIONES
PADRE
NUESTRO unidos a toda la Iglesia.
Os doy un mandato nuevo,
Os doy un mandato nuevo,
que os améis mutuamente,
como yo os he amado, dice el
Señor.
que os améis mutuamente,
como yo os he amado, dice el
Señor.
La señal por la que el mundo
distinguirá a los cristianos
ha de ser si nos amamos como
Cristo nos amó,
ha de ser si nos amamos como
Cristo nos amó.
Si el Señor nuestro maestro
nos ha lavado los pies,
sus discípulos seréis
siguiendo su mismo ejemplo,
sus discípulos seréis
siguiendo su mismo ejemplo.
Los signos del Lavatorio de los pies y de la Eucaristía son el regalo de hoy. Jesús se entrega y ama sin medida.
ResponderEliminar«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.»Jesús hace la alianza de Dios con el hombre. En él somos curados. Suscribamos esta alianza. Hagamos que sea una realidad para toda persona. Agradezcamos, adoremos, pidamos perdón por nuestros fallos.Gracias Jesús.
ResponderEliminar"os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.»Jesús lava los pies, y se queda en el pan y el vino. Dos gestos que siguen en la Iglesia y que practicamos con frecuencia. Que hagamos verdadera presencia amando a los hermanos y practicando la misericordia con cada uno.
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