SÍNODO JÓVENES, PREPARACIÓN 5
XV ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA
Los
jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional
DOCUMENTO
PREPARATORIO (fragmento)
A través del camino de este
Sínodo, la Iglesia quiere reiterar su deseo de encontrar, acompañar y cuidar de
todos los jóvenes, sin excepción. No podemos ni queremos abandonarlos a las
soledades y a las exclusiones a las que el mundo les expone. Que su vida sea
experiencia buena, que no se pierdan en los caminos de la violencia o de la
muerte, que la desilusión no los aprisione en la alienación: todo esto no puede
dejar de ser motivo de gran preocupación para quien ha sido generado a la vida
y a la fe y sabe que ha recibido un gran don.
Es en virtud de este don que
sabemos que venir al mundo significa encontrar la promesa de una vida buena y
que ser acogido y custodiado es la experiencia original que inscribe en cada
uno la confianza de no ser abandonado a la falta de sentido y a la oscuridad de
la muerte y la esperanza de poder expresar la propia originalidad en un camino
hacia la plenitud de vida.
La sabiduría de la Iglesia
oriental nos ayuda a descubrir cómo esta confianza está arraigada en la
experiencia de “tres nacimientos”: el nacimiento natural como mujer o como
hombre en un mundo capaz de acoger y sostener la vida; el nacimiento del
bautismo «cuando alguien se convierte en hijo de Dios por la gracia»; y luego,
un tercer nacimiento, cuando tiene lugar el paso «del modo de vida corporal al
espiritual», que abre al ejercicio maduro de la libertad (cfr.Discursos de
Filoxeno de Mabbug, obispo sirio del siglo V, n. 9).
Ofrecer a los demás el don que
nosotros mismos hemos recibido significa acompañarlos a lo largo de este
camino, ayudándoles a afrontar sus debilidades y las dificultades de la vida,
pero sobre todo sosteniendo las libertades que aún se están constituyendo. Por
todo ello la Iglesia, comenzando por sus Pastores, está llamada a interrogarse
y a redescubrir su vocación a la custodia con el estilo que el Papa Francisco
recordó al inicio de su pontificado: «el preocuparse, el custodiar, requiere
bondad, pide ser vivido con ternura. En los Evangelios, san José aparece como
un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran
ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario:
denota fortaleza de ánimo y capacidad de atención, de compasión, de verdadera
apertura al otro, de amor» (Homilía en el inicio del ministerio petrino,
19 de marzo de 2013).
En esta perspectiva se
presentarán ahora algunas ideas con vistas a un acompañamiento de los jóvenes a
partir de la fe, escuchando a la tradición de la Iglesia y con el claro
objetivo de sostenerlos en su discernimiento vocacional y en la toma de
decisiones fundamentales de la vida, desde la conciencia del carácter
irreversible de algunas de ellas.
La fe, en cuanto participación
en el modo de ver de Jesús (cfr. Lumen fidei, 18), es la fuente del
discernimiento vocacional, porque ofrece sus contenidos fundamentales, sus
articulaciones específicas, el estilo singular y la pedagogía propia. Acoger
con alegría y disponibilidad este don de la gracia exige hacerlo fecundo a
través de elecciones de vida concretas y coherentes.
«No me habéis elegido vosotros a
mí; sino que yo os he elegido yo a vosotros, y os he destinado para que vayáis
y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al
Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a
los otros» (Jn 15,16-17). Si la vocación a la alegría del amor
es el llamado fundamental que Dios pone en el corazón de cada joven para que su
existencia pueda dar fruto, la fe es al mismo tiempo don que viene de lo alto y
respuesta al sentirse elegidos y amados…
SUBRAYAMOS
El Documento Preparatorio
sigue adelante. Presenta la preocupación de la Iglesia por los jóvenes y
cómo está comprometida a no abandonarlos en sus dificultades, sus
planteamientos, sus deseos.
En la Iglesia Oriental se
habla de los tres nacimientos: Nacimiento natural, nacimiento del Bautismo
y el paso de la vida natural al espiritual que abre al ejercicio maduro de
la libertad.
La Iglesia, comenzando
por sus Pastores, está llamada a interrogarse y a redescubrir su vocación a la
custodia con el estilo que el Papa Francisco recordó al inicio de su
pontificado: «el preocuparse, el custodiar, requiere bondad, pide ser vivido
con ternura”.
ACCIÓN
*Lee
despacio y señala lo que ves más importante.
*Piénsalo,
hazte preguntas sobre ello y saca
algunas conclusiones.
*Háblalo
con Jesús y con algún amigo, amiga.
*María y
el Espíritu Santo acompañen tu reflexión.
"Sínodo Jóvenes, preparación 5" Volvemos a la preparación del Sínodo de los Jóvenes. El Papa sigue animando a jóvenes y mayores a reflexionar sobre los jóvenes y la forma de crecer y entrar en la sociedad nueva que Dios espera. Aporta algún comentario o deseo desde tu interior y en unión con Jesús.
ResponderEliminar"No podemos ni queremos abandonarlos a las soledades y a las exclusiones a las que el mundo les expone". El Papa y el Sínodo buscan la manera de acompañar a los jóvenes. Soledades y exclusiones parece que son la situación para muchos. Sembremos esperanza, semillas de compañía, de fe y confianza en Dios.
ResponderEliminar¡Qué valiente el Papa Francisco!. Hoy estará en Perú. Le acompañamos con la oración y con nuestro ser cristianos auténticos.
ResponderEliminar"San José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles" fuerte, valiente, trabajador y con ternura. Un hermoso ejemplo para la persona de hoy. ¿Nos vemos reflejados en él?
ResponderEliminar"Que su vida sea experiencia buena, que no se pierdan en los caminos de la violencia o de la muerte, que la desilusión no los aprisione en la alienación" La preocupación del Papa es de toda la Iglesia. Nos unimos a ella para ir colaborando en esa experiencia buena, en la fe de Jesús, que hace feliz a toda persona.
ResponderEliminar"confianza de no ser abandonado a la falta de sentido" A veces parece que falta el sentido de las cosas y de la vida. Guárdanos, Señor, de la oscuridad del mal y del sin sentido.
ResponderEliminar"Ofrecer a los demás el don que nosotros mismos hemos recibido, significa acompañarlos a lo largo de este camino, ayudándoles a afrontar sus debilidades" Con Jesús avanzaremos seguros.
ResponderEliminar"Que su vida sea experiencia buena, que no se pierdan en los caminos de la violencia o de la muerte, que la desilusión no los aprisione en la alienación" Son los deseos del Papa y del Padre Dios para todos los jóvenes y para cada persona. Que María nos acompañe en este camino.
ResponderEliminar"...quien ha sido generado a la vida y a la fe y sabe que ha recibido un gran don". Es importante vivir de cara a Dios y dar respuesta día a dia a su amor y elección. Padre Dios, Hijo Jesús y Espíritu Santo haznos capaces de desarrollar la fe y la vida.
ResponderEliminar"A través del camino de este Sínodo, la Iglesia quiere reiterar su deseo de encontrar, acompañar y cuidar de todos los jóvenes, sin excepción".Será un acompañamiento mutuo. La Iglesia cercana con la presencia de Jesús, y el joven abierto a esa misma presencia. Que María nos acompañe.
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