ORACIÓN JUVENIL 29-01-17
GUÍA:
En tu interior es donde
conoces lo que eres. La belleza del ser está dentro de ti. Para orar entramos
en esa habitación de dentro de nosotros y nos encontramos a nosotros mismos.
Vete haciéndolo poco a poco. Santa Teresa hablaba de las siete moradas, y del
castillo interior. Dios llama y espera que le dejemos pasar. Podemos abrir,
dejar que entre con su luz o no hacer caso y hacerle esperar. Lope de Vega
decía: ¿Qué tengo yo que mi amor procuras, qué amor se te sigue, Jesús mío, que
a mi puerta cubierto de rocío, pasas las
noche del invierno oscuras? Centrados en estas palabras demos alguna respuesta.
SILENCIO DE ENCUENTRO, DE RESPUESTA.
De la primera carta
del apóstol san Pablo a los Corintios (1,26-31):
Fijaos en vuestra asamblea, hermanos: no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; sino que, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso.
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.
A él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia, santificación y redención.
Y así —como está escrito—: «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».
Fijaos en vuestra asamblea, hermanos: no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; sino que, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso.
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.
A él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia, santificación y redención.
Y así —como está escrito—: «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».
GUÍA: No
hay muchos sabios, o poderosos entre los creyentes. Dios ha escogido a la gente
humilde para comunicarles su gracia. El que se gloríe que se gloríe en el
Señor. En Cristo Jesús, Sabiduría de Dios, somos hijos, confiamos en él.
Iluminados por estas verdades, agradecemos su presencia. Jesús, fortalece
nuestra fe, aviva nuestra esperanza, enséñanos a amar. SILENCIO DE PRESENCIA Y COMPAÑÍA CON EL QUE NOS AMA.
Del santo evangelio
según san Mateo (5,1-12a):
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
GUÍA: Jesús
en el monte enseña a sus discípulos. Les propone su programa de acción. Entre
ellos estamos nosotros, le escuchamos y vamos asimilando sus palabras: Pobres,
mansos, limpios de corazón, hambrientos de justicia y bien, buscadores de la
paz. ¿Cómo nos evaluamos en los puntos propuestos? ¿El reino de los cielos está
en nosotros? SILENCIO DE ESCUCHA, DE
ILUMINACIÓN, DE RESPUESTA.
SINTETIZAMOS nuestra oración.
OFRECEMOS. PEDIMOS. AGRADECEMOS.
PADRE NUESTRO con Jesús y toda la
humanidad.
INVOCAMOS A MARÍA.
CANTAMOS
Seréis bienaventurados los desprendidos de la tierra.
Seréis bienaventurados porque tendréis el Cielo.
Seréis bienaventurados los que tenéis alma sencilla.
Seréis bienaventurados, vuestra será la tierra.
BIENAVENTURADOS SEREMOS, SEÑOR,
SEREMOS SEÑOR
Seréis bienaventurados los que lloréis, los que sufrís.
Seréis bienaventurados porque seréis consolados.
Seréis bienaventurados los que tenéis hambre de Mí.
Seréis bienaventurados porque seréis saciados.
Seréis bienaventurados porque tenéis misericordia.
Seréis bienaventurados porque seréis perdonados.
Seréis bienaventurados los que tenéis el alma limpia.
Seréis bienaventurados los que veréis a Dios.
Seréis bienaventurados los que buscáis siempre la paz.
Seréis bienaventurados hijos seréis de Dios.
Seréis bienaventurados los perseguidos por mi causa.
Seréis bienaventurados porque tendréis mi Reino.