REZA Y
COMPARTE JUVENIL
TENGO
CERCA A MI DEFENSOR
GUÍA DE
ORACIÓN J 15-09-24, XXIV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
GUÍA: Estamos ante ti, en tu presencia,
Señor. La oración nos hace ver tu rostro en misterio y esperanza. La vida en camino
nos lleva hacia ti. Conduce los pasos del atribulado y abre a la esperanza.
Tengo a mi defensor cerca de mí, ¿quién pleiteará contra mi? Hablemos con
confianza, agradezcamos la fe, y su presencia. ¿Qué cosas agradeces tú?. SILENCIO
EN PRESENCIA, EN HUMILDAD, EN AGRADECIMIENTO.
Lectura
de la carta del apóstol Santiago (2,14-18):
¿De qué le
sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa
fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y
faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare;
abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de
qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta.
Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo,
por las obras, te probaré mi fe.»
GUÍA: La fe es don y necesita tierra
buena para recibirla. Acaso ves fe sin obras, y obras sin fe. Pueden ser
palabras vacías. Busquemos expresar la fe en ese amor al prójimo de las obras.
Manifestemos el amor en el mismo amor de Dios que nos lo regala. Las dos son
necesarias en la verdad y la humildad. Padre Dios, fortalece nuestra fe , la
esperanza y el amor. SILENCIO DE CONOCIMIENTO, DE LUZ, DE CAMINO.
Salmo
Sal 114,
1-2. 3-4. 5-6. 8-9
R/. Caminaré en presencia del
Señor
en el país de la vida.
Amo al
Señor,
porque escucha mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R/.
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida». R/.
El Señor es
benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó R/.
Arrancó mi
alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (8,27-35):
En aquel
tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo;
por el camino, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los
profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que
ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y
resucitar a los tres días.»
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso
a increparlo.
Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi
vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»
Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse
conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el
que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por
el Evangelio la salvará.»
GUÍA: ¿Quién dice la gente que soy yo? Dice
Jesús a los discípulos. Y «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» Una pregunta para
contestar. Hagamos oración desde lo que dice la gente, pero contestemos también
desde nosotros mismos. Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Que confiemos en Él y
vivamos de acuerdo con su programa de vida. Que su misión se cumpla en nosotros
y sea misión para otros. SILENCIO PARA LA ESCUCHA, LA COMPRENSIÓN, LA
VERDAD.
ESCUCHAMOS A
JESÚS, COMPRENDEMOS SUS PALABRAS, OFRECEMOS LO QUE SOMOS Y TENEMOS.
ACLAMAMOS
AL ESPÍRITU SANTO Y PEDIMOS SU PRESENCIA.
INVOCAMOS
A MARÍA, QUE ELLA NOS ENSEÑE El CAMINO HACIA JESÚS Y HACIA EL PADRE.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE COMO HIJOS, CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.
CANTAMOS:
Jesús es,
Jesús es Señor, Jesús es, Jesús es Señor, Jesús es, Jesús es Señor... Aleluya,
aleluya, aleluya, aleluya, aleluya, aleluya... Gloria a Dios, gloria, gloria a
Dios, gloria a Dios, gloria, gloria a Dios, gloria a Dios, gloria, gloria a
Dios... Jesús es, Jesús es Señor...
"Tengo cerca a mi defensor" Hoy la oración nos presenta a Jesús como defensor, mesías, Hijo de Dios. Nos adherimos a él, confesamos nuestra fe. Que la oración nos una más a su presencia y misión. Sigue los pasos de la guía y aviva la fe, la esperanza y el amor.
ResponderEliminarS 114, "El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; el Señor guarda a los sencillos: estando yo sin fuerzas, me salvó" Oramos con el salmista reconociendo a Dios compasivo y misericordioso. En sus manos la vida renace. Gracias, Padre.
ResponderEliminar"La fe es don y necesita tierra buena para recibirla. Acaso ves fe sin obras, y obras sin fe. Pueden ser palabras vacías." Unamos fe y obras.
ResponderEliminarInvocamos a María. Ella nos enseñe el camino hacia Jesús y hacia el Padre. Se lo pedimos y agradecemos.
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