REZA Y COMPARTE JUVENIL
GUÍA DE
ORACIÓN J 26-05-24 Santísima Trinidad
GUÍA: Dios es amor. Ama como Padre al
Hijo, ama como Hijo al Padre y es amor entre ellos. Ante esta visión nos concentramos,
agradecemos y nos sentimos unidos al mismo amor que se derrama sobre sus hijos
y criaturas. Derrama tu amor sobre nosotros y enciende el fuego de tu amor en
nuestro mundo. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, DE CONTEMPLACIÓN, DE ACCIÓN.
Segunda
lectura: Rm 8,14-17
Hermanos:
Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis
recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un
espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). Ese
Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de
Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con
Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.
GUÍA: El Espíritu de Dios lleva y conduce
a sus hijos. Grita en el interior: Padre. Hace que nos sintamos hijos. Unidos a
Jesucristo somos hijos y hermanos entre nosotros. Dejemos que estas palabras se
hagan realidad en nuestro ser. Llevemos su presencia allí donde vamos. Pedimos
el amor, la fe y la esperanza para todos sus hijos. SILENCIO DE
INTERIORIZACIÓN, DE VISIÓN, DE CAMINO.
Salmo
responsorial: 32
Dichoso el
pueblo que el Señor se escogió como heredad.
La palabra
del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
La palabra
del Señor hizo el cielo;
el aliento de su boca, sus ejércitos,
porque él lo dijo, y existió,
él lo mandó, y surgió.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
Nosotros
aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
Evangelio:
Mt 28,16-20
En aquel
tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había
indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a
ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.
Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os
he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo.»
GUÍA: Id y haced discípulos. Yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Es realidad y es tarea. ¿Cómo
lo vivimos? En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu todo se construye y
se purifica. Nos introducimos en su mensaje, vivimos su amor, compartimos su
presencia. Agradecemos. SILENCIO DE PRESENCIA, DE ENCUENTRO, DE CAMINO.
RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA RECORDAR.
PRESENCIA, FE, AGRADECIMIENTO,
RESPUESTA.
INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE,
PARA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.
CON JESÚS NOS DIRIGIMOS AL PADRE:
PADRE NUESTRO…
CANTAMOS.
"Santa Trinidad" Guía de Oración sobre la Palabra de Dios. Nos unimos al amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Sigue las indicaciones, concéntrate en lo que se te indica, invoca al Espíritu Santo. María y su Hijo también te acompañan. Buen día.
ResponderEliminar"Sufrimos con él, con Cristo, para ser también con él glorificados." Elevamos nuestra oración y nuestros momentos buenos o malos unidos a Cristo y para gloria del Padre. Confiamos en ti.
ResponderEliminar"Id, Bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado." Un camino siempre abierto. Pedimos ayuda al Espíritu Santo.
ResponderEliminar"El Espíritu de Dios lleva y conduce a sus hijos. Grita en el interior: Padre. Hace que nos sintamos hijos." Ahí en nuestro interior, clamamos Padre. Agradecemos, amamos y compartimos.
ResponderEliminar"Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). " Elevemos nuestra mirada al Padre y con Jesús le damos gloria y atraemos a la humanidad desorientada.
ResponderEliminar"Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). " Elevemos nuestra mirada al Padre y con Jesús le damos gloria y atraemos a la humanidad desorientada.
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