REZA Y
COMPARTE JUVENIL
VENID Y
LO VERÉIS
GUÍA DE
ORACIÓN 14-04-24 Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo B
GUÍA: Andrés oye a Juan Bautista y sigue la
indicación que hace sobre Jesús. Le pregunta dónde vive. En oración nos
paramos ante Jesús. Queremos conocerle más y él nos invita como entonces: Venid
y veréis.
Sentimos sus
palabras recogemos la invitación y nos unimos al grupo. SILENCIO DE
CONOCIMIENTO, DE COMPRENDER Y DE SEGUIR.
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (6,13c-15a.17-20):
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor, para el
cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a
nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une
al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que
cometa el hombre queda fuera de su cuerpo. Pero el que fornica peca en su
propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis
en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto,
¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!
GUÍA: San Pablo explica que somos para el
Señor. Su presencia completa nuestra salvación y vivimos salvados. Su gracia
nos fortalece y acompaña. Con él somos compañeros de camino, con el Espíritu
Santo somos luz en medio del mundo. Ofrecemos nuestro ser para acompañar a
otros. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE PETICIÓN, DE ACCIÓN.
Sois
propiedad del Señor. Sois templo del Espíritu Santo. Glorificadle con vuestro
cuerpo. Admiramos la realidad de estas palabras. Sentimos su significado hecho
realidad en cada persona. Avivamos la fe en el corazón y nos sentimos habitados
por el Espíritu. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ADORACIÓN, DE PAZ.
Salmo
Sal
39,2.4ab.7.8-9.10
R/. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R/.
Entonces yo digo: «Aquí estoy
–como está escrito en mi libro–
para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R/.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (1,35-42):
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús
que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»
Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»
Él les dijo: «Venid y lo veréis.»
Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las
cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que
oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le
dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»
Y lo llevó a Jesús.
Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te
llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»
GUÍA: Jesús busca al grupo que pueda
acompañarle. Dos jóvenes se le acercan y están dispuestos a ir con él. Venid y
veréis. La invitación es para todos los que se preguntan dónde vive. Hoy sigue
buscando compañeros para el evangelio. Vamos con él y pasamos el día para
conocerle mejor. Visualizamos el momento y los sentimientos nos desbordan.
SILENCIO DE BÚSQUEDA, DE CONOCIMIENTO, DE REALIZACIÓN.
RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, LOS SENTIMIENTOS Y LOS DESEOS.
INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS
MUESTRE A JESÚS SU HIJO.
NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN
DE JESÚS: PADRE NUESTRO.
Hoy quiero cantarte, Señora de los
ángeles
Reina soberana, Madre celestial
Yo soy una alondra que ha puesto en ti su nido
Viendo tu hermosura te reza su cantar
Luz de la mañana, María, templo y
cuna
Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador
Salve, surco abierto donde Dios se siembra
Te eligió por madre Cristo el Redentor
Salve, esclava y reina, Virgen nazarena
Casa, pan y abrazo para el pecador
Luz de la mañana, María, templo y
cuna
Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador
Luz de la mañana, María, templo y
cuna
Mar de toda gracia, fuego, nieve y flor
Puerta siempre abierta, rosa sin espinas
Yo te doy mi vida, soy tu trovador
Fuente: Musixmatch
Autores de la canción: Cesáreo
Gabarain Azurmendi
"Venid y veréis" Guía para orar y conocer a Jesús un poco más. El silencio, la reflexión, la oraación y la acción nos ponen en marcha e intensifican nuestra vida. Buen día.
ResponderEliminar"Queremos conocerle más y él nos invita como entonces: Venid y veréis." Oramos y en el interior, conocemos y amamos.
ResponderEliminar¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Jesús nos hace participar de la unión a su cuerpo místico. Con él la vida es nueva cada día. Gracias Jesús.
ResponderEliminarS.39 "Yo esperaba con ansia al Señor; él se inclinó y escuchó mi grito;" El salmista expresa la acción de Dios. ¿Cómo expresamos la esa acción con nosotros? En silencio damos gracias reconociendo su bondad.
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