REZA Y COMPARTE JUVENIL
PENTECOSTÉS HOY
GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 31-05-20
GUÍA: ¿Esperas al Espíritu Santo? Ha resucitado Jesús y envía su Espíritu a los discípulos, a los creyentes de la primera comunidad, a la
Iglesia de hoy y al mundo entero. Si estás entre estos grupos seguro que deseas
que venga sobre ti y señale tu vida con su luz y calor de amor. Visualiza cada
uno de estos grupos, busca tu puesto y
prepárate para recibirle, para descubrir su intensidad en tus comportamientos,
para orar con el grupo de los discípulos
y con María. ¿Cómo te sientes?, Expresa tus sentimientos y vive el momento con
la fuerza que se merece. SILENCIO DE
VISUALIZACIÓN, TOMA DE CONCIENCIA, ESPERANZA.
R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los
Corintios (12,3b-7.12-13):
Nadie puede decir:
«Jesús es Señor», sino por el Espíritu Santo.
Y hay diversidad de
carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo
Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en
todos. Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien
común.
Pues, lo mismo que el
cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar
de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros,
judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo
Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
GUÍA: Hay diversidad de carismas, de dones, pero un mismo Espíritu. Sus dones
vienen sobre ti. Los reconoces, Has experimentado su gracia. En tu vida surgen
luces y sombras. Quieres presentar todo al Espíritu de Dios que conoce hasta lo
más hondo de tu ser. Ante él, ves el
bien y el mal que hay en tus actuaciones. Con humildad, quédate ante él y deja
que afloren tus sentimientos y deseos. ¿Qué te gustaría mejorar? Escucha y
recibe su don. Estás llamado/a por el Bautismo, a ser uno con él. Inténtalo
cada día. SILENCIO DE LUZ, DE CONFIANZA,
DE FUTURO.
Lectura del santo
evangelio según san Juan (20,19-23):
AL anochecer de aquel
día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las
puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les
enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver
al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como
el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló
sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu
Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se
los retengáis, les quedan retenidos».
GUÍA : Paz a vosotros,
nos dice Jesús. .. Como el Padre me envió, yo os envío. Recibid el Espíritu
Santo. Sorpresa, alegría, envío. Lo recibes entre un barullo de sentimientos.
Ordena lo que piensas, sientes, lo que eres y puedes ser. Lo que decides y lo
que él quiere. Únete al futuro del Espíritu en nuestro mundo. Todos podemos
aportar algo y quizás lo mejor. Párate a reflexionar, amar y ofrecer. SILENCIO DE ESCUCHA, DE PROPUESTA, DE ENVÍO.
RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA
RECORDAR.
PRESENCIA, DON, ACOGIDA, PROMESA.
INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE Y COMPAÑERA DE CAMINO.
NOS DIRIGIMOS AL PADRE
CON EL AMOR DE SU HIJO: PADRE NUESTRO.
Secuencia
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el
cielo.
Padre amoroso del
pobre;
don, en tus dones
espléndido;
luz que penetra las
almas;
fuente del mayor
consuelo.
Ven, dulce huésped del
alma,
tregua en el duro
trabajo,
brisa en las horas de
fuego,
gozo que enjuga las
lágrimas
y reconforta en los
duelos.
Entra hasta el fondo
del alma,
divina luz, y
enriquécenos.
Mira el vacío del
hombre,
si tú le faltas por
dentro;
mira el poder del
pecado,
cuando no envías tu
aliento.
Riega la tierra en
sequia,
sana el corazón
enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida
en el hielo,
doma el espíritu
indómito,
guía al que tuerce el
sendero.
Reparte tus siete
dones,
según la fe de tus
siervos;
por tu bondad y tu
gracia,
dale al esfuerzo su
mérito;
salva al que busca
salvarse
y danos tu gozo
eterno.