GUÍA: Los apóstoles quedaron dispersos. Después se fueron reuniendo en torno
a María, la Madre de Jesús. Dudas, espera, recuerdo de las palabras de Jesús,
estaré con vosotros. Y en la mañana del domingo las primeras voces de no está
en el sepulcro, ha resucitado, le han visto. Señor, estás vivo. El Padre te ha
devuelto a la vida, Sigues estando entre nosotros. Descúbrenos tu resurrección,
que te reconozcamos, que esté viva tu presencia entre nosotros. Que vayamos a
Galilea y allí en la vida te encontremos. SILENCIO ADMIRADO, ADORADOR,
CREYENTE.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34a.37-43):
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.»
GUÍA: Pedro se dirige al pueblo y anuncia la resurrección de Jesús, que fue
crucificado. Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver… Nos encargó
predicar al pueblo, dar testimonio de que es juez de vivos y muertos. Nos
sentimos tocados por este testimonio y por su mensaje. El Señor ha resucitado.
Unámonos a la alegría de la Iglesia y del mundo por esta presencia de Dios en
el resucitado. Con Él hemos resucitado todos. Jesús es Señor de vivos y muertos. SILENCIO ACOGEDOR
Y RESUCITADO
De la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,1-4):
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.
GUÍA: San Pablo nos dice: Estáis resucitados con Cristo. Hagamos constancia
de estas palabras en nosotros. Veamos en qué medida se aplica a cada uno.
Aspirad a los bienes de arriba. Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Desde la fe es verdad. Nos toca actualizarlo en nuestra vida. Vivir como
resucitados según Cristo. SILENCIO
REVERENTE, AGRADECIDO.
Del santo evangelio según san Juan (20,1-9):
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
GUÍA: María Magdalena ve la losa quitada del sepulcro. Vamos a acompañarla.
Se lo comunica a Pedro y ellos también van. Comprueban que es así. Vio y creyó.
Él había de resucitar de entre los muertos. Un descubrimiento sin precedentes. La
fe se abre paso entre tanta duda y miedo. ¿Qué nos ocurre a nosotros al recibir
la noticia de que Jesús ha resucitado? Dejemos que la fe se purifique, que
nuestros ojos vean al Señor resucitado. Que nuestra vida se transforme. El
resucitado nos acompaña, está con nosotros. Adoremos. SILENCIO ADORADOR, CREYENTE, CONFIADO.
OFRECEMOS al Señor nuestra oración.
COMPARTIMOS ALGUNA FRASE
PETICIONES para nuestro mundo.
PADRE
NUESTRO agradecido al Padre, junto con la Iglesia y todo el mundo.
CANTAMOS
A MARÍA
Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido
llevar; aleluya.
Ha resucitado según su palabra;
aleluya.
Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María;
aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado
el Señor; aleluya.
Oremos:
Oh Dios,
que por la resurrección de tu Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
has llenado el mundo de alegría,
concédenos, por intercesión de su
Madre,
la Virgen María,
llegar a alcanzar los gozos eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.