REZA Y
COMPARTE JUVENIL
INSISTE A
TIEMPO Y DESTIEMPO
GUÍA DE
ORACIÓN J 19-10-25 ,
XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
GUÍA: Pablo recomienda a Timoteo que insista a tiempo
y destiempo con las tareas del evangelio. Es la constancia de la fe, del bien.
Dios sigue cuidando de cada uno a tiempo y destiempo, nos impulsa a su amor con
insistencia. ¿Le entendemos? Nos llama a esos trabajos del evangelio.
Reflexionamos nuestra postura. SILENCIO DE ENTENDER, DE CONTEMPLAR, DE
ACTUAR.
Lectura
de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo (3,14–4,2):
QUERIDO
hermano:
Permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste,
y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la
sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.
Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir,
para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto y esté preparado para toda obra buena.
Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a
muertos, por su manifestación y por su reino:
proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta
con toda magnanimidad y doctrina.
GUÍA: Toda Escritura es inspirada y útil
para enseñar, educar, preparar para toda obra buena. Visualizamos cómo actúa en
nosotros, cómo actúa en la sociedad, en el mundo. Abrimos el corazón y la mente
para recibirla con empeño y consciencia en la vida de cada día. SILENCIO DE
VISUALIZACIÓN, DE ESCUCHA, DE DISPONIBILIDAD.
Salmo
Sal
120,1-2.3-4.5-6.7-8
R/. Nuestro
auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
V/. Levanto
mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R/.
V/. No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. R/.
V/. El Señor
te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R/.
V/. El Señor
te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (18,1-8):
En aquel
tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es
necesario orar siempre, sin desfallecer.
«Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.
En aquella ciudad había una viuda que solía ir a decirle:
“Hazme justicia frente a mi adversario”.
Por algún tiempo se estuvo negando, pero después se dijo a sí mismo:
“Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está
molestando, le voy a hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a
importunarme”».
Y el Señor añadió:
«Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus
elegidos que claman ante él día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les
hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará
esta fe en la tierra?».
GUÍA: Jesús presenta la eficacia de la
oración, su necesidad y la insistencia, la constancia en hacerla, en
comunicarla. Nos hace pensar en la forma de actuar de una persona y también de
Dios. Saquemos conclusiones, formas de actuar de nosotros o de otros. Oremos
con constancia, humildad y fe. SILENCIO DE COMPRENSIÓN, DE EXAMEN, DE
REALIDAD.
RECIBIMOS
AL ESPÍRITU QUE NOS FORTALECE.
PEDIMOS,
ALABAMOS, DAMOS GRACIAS, PRESENTAMOS UN COMPROMISO.
INVOCAMOS
A MARÍA, NUESTRA MADRE
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE CON JESÚS: PADRE NUESTRO
CANTAMOS
Vengo
ante ti mi Señor
Vengo
ante Ti, mi señor,
reconociendo mi culpa.
Con la fe
puesta en tú amor,
que tú me das como a un hijo.
Te abro
mi corazón,
y te ofrezco mis miserias.
Despojado
de mis cosas,
quiero llenarme de ti.
Que tu
espíritu señor,
abrace todo mi ser.
Hazme
dócil a tu voz,
transforma mi vida entera.
Hazme
dócil a tu voz,
transforma mi vida entera.
Puesto en
tus manos, señor,
siento que soy pobre y débil.
Mas tú me
quieres así,
yo te bendigo y te alabo.
Padre, en
mi debilidad,
tú me das la fortaleza.
Amas al
hombre sencillo,
le das tu paz y perdón.
Que tu
espíritu señor,
abrace todo mi ser.
Hazme
dócil a tu voz,
transforma mi vida entera.
Hazme
dócil a tu voz,
transforma mi vida entera