REZA Y
COMPARTE JUVENIL
EL SEÑOR
HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS
GUÍA DE
ORACIÓN J 27-10- 24 XXX Domingo del Tiempo Ordinario
GUÍA: Al entrar en nuestro interior,
descubrimos al Señor, Dios que llena cielo y tierra. Él nos llama y nos atrae. Nos
acogemos a su presencia y ofrecemos nuestra semana. Una semana llena de
sorpresas y deseos, quizás estamos contentos de lo sucedido. Puede ser que
pidamos su perdón. Personalizamos y abramos el corazón en humilde confianza. SILENCIO
DE CONOCIMIENTO, DE ENCUENTRO, DE PRESENCIA.
Lectura
de la carta a los Hebreos (5,1-6):
Todo sumo
sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los
hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está
envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por
sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor:
Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí
mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo:
yo te he engendrado hoy». O, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres
sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»
GUÍA: Jesús, sumo sacerdote, ofrece su
culto auténtico y santo. Nos unimos a él y lo ofrecemos por la humanidad necesitada
de consuelo y paz. Jesús, en tu altar esta nuestra ofrenda y la de todo el
mundo. Limpia lo imperfecto, sana el mal y conduce nuestro ser a tu bondad y
misericordia. SILENCIO DE LUZ NUEVA, DE TRANSPARENCIA, DE CAMINO.
Salmo
Sal 125,
1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R/. El Señor ha estado grande
con nosotros,
y estamos alegres
Cuando el
Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.
Hasta los
gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.
Que el Señor
cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.
Al ir, iba
llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/
Lectura
del santo evangelio según san Marcos (10,46-52):
En aquel
tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego
Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo
limosna.
Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten
compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara.
Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.»
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres
que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.»
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.
GUÍA: Entre la multitud estamos nosotros,
vemos al ciego que grita, que llama a Jesús Hijo de David y le pide el don de
la vista. También nosotros queremos ser curados. Acerquémonos a Jesús y dejemos
que el corazón exponga lo que queremos y necesitamos. Oigamos a Jesús que nos
dice: Tu fe te ha salvado. ¿Cómo respondemos? SILENCIO DE ACOGIDA, DE
PERDÓN, DE AGRADECIMIENTO.
RECOGEMOS LA SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN: UNA FRASE PARA
RECORDAR.
PRESENCIA, FE, AGRADECIMIENTO,
RESPUESTA.
INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE,
PARA QUE NOS ACOMPAÑE EN EL CAMINO.
CON JESÚS NOS DIRIGIMOS AL PADRE:
PADRE NUESTRO…
CANTAMOS.
CORO
Dm A Dm
Bb F
Gustad y ved que bueno es el Señor,
Gm Gm6 A
dichoso el que se acoge a él.
D7 Gm C F
Gustad y ved que bueno es el Señor,
Gm Dm A7
Dm
dichoso el que se acoge a
él.
Dm Gm Dm
La palabra del Señor es sincera,
Bb C Dm
Bb C F
El ama la justicia y el derecho
Gm Gm6 A
y de su amor está llena la tierra.
CORO
Dm Gm Dm
El Señor es fiel a sus palabras,
Bb C Dm
bondadoso en todas sus acciones;
Bb
C F
cerca está de aquellos que lo
invocan,
Gm
Gm6 A
y lo buscan de todo corazón.
CORO
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