REZA Y
COMPARTE JUVENIL
COMO
CRISTO AMÓ A SU IGLESIA
GUÍA DE
ORACIÓN, 25 -08- 24 XXI Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B
GUÍA: Preparamos el encuentro con Jesús.
Tomar conciencia de lo que hacemos, conciencia de nuestra fe. Ahí en el interior,
nos reconocemos débiles y deseamos acercarnos a la fuente de la vida para
saciar nuestra sed de amor, de verdad, de misericordia. Danos, Padre, el don de
la oración, de la comunicación contigo y tu presencia. SILENCIO DE
CONFIANZA, DE INTERIORIZACIÓN, DE FE.
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5,21-32):
Sed sumisos
unos a otros con respeto cristiano. Las mujeres, que se sometan a sus maridos
como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es
cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia
se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos,
amad a vuestras mujeres corno Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo
por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y
para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada
semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus
mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues
nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como
Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. «Por eso
abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los
dos una sola carne.» Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la
Iglesia.
GUÍA: Como Cristo amó a su iglesia, debemos
amarnos unos a otros, El amor de los esposos representa este amor. Un amor
fiel, entregado. Serán dos en una sola carne. Amad a vuestras esposas, amaos
mutuamente como cristo ama a la iglesia. Agradecemos el amor que Cristo da,
amamos para que crezca ese amor en todos los miembros. SILENCIO DE
ADMIRACIÓN, DE RECONOCIMIENTO, DE OFRENDA.
Salmo
Sal
33,2-3.16-17.18-19.20-21.22-23
R/. Gustad y ved qué bueno es el
Señor.
Bendigo al
Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Los ojos del
Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.
Cuando uno
grita, el Señor lo escucha
y lo libra fe sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.
Aunque el
justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará. R/.
La maldad da
muerte al malvado,
y los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (6,60-69):
En aquel
tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es
duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os hace
vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El
espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he
dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a
entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre
no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y
no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?»
Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de
vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por
Dios.»
GUÍA: El espíritu es quien da vida. Pero
algunos no creen. Algunos se van ante este discurso. Acogemos el don del Espíritu, acogemos la
vida que nos da. Con Pedro decimos: tú eres el Santo consagrado por Dios.
Valoramos la fe que nos sostiene y pedimos al Padre que la fortalezca.
Adoramos. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN, DE CONFIANZA, DE UNIÓN.
ESCUCHAMOS
A JESÚS, COMPRENDEMOS SUS PALABRAS, OFRECEMOS LO QUE SOMOS Y TENEMOS.
INVOCAMOS
A MARÍA, QUE ELLA NOS ENSEÑE El CAMINO HACIA JESÚS Y HACIA EL PADRE.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE COMO HIJOS, CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.
CANTAMOS:
Bm F#
Bm G D
Gustad y ved
que bueno es el Señor,
Em Em6 F#
dichoso el
que se acoge a él.
B7
Em A D
Gustad y ved
que bueno es el Señor,
Em Bm F#7
Bm
dichoso el
que se acoge a él.
Bm
Em Bm
La palabra
del Señor es sincera,
G
A Bm
G
A D
El ama la
justicia y el derecho
Em Em6 F#
y de su amor está llena la tierra.
CORO
Bm
Em Bm
El Señor es
fiel a sus palabras,
G
A Bm
bondadoso en
todas sus acciones;
G
A D
cerca está
de aquellos que lo invocan,
Em
Em6 F#
y lo buscan
de todo corazón.
"Como Cristo amó a su Iglesia" Nos invita a amar con generosidad. Lo reflexionamos y hacemos nuestro.
ResponderEliminarSingapur, Gracias por vuestras visitas. ¿Os gusta orar? Saludos.
ResponderEliminar"Amar a su mujer es amarse a sí mismo...como Cristo a su iglesia." Amar mutuamente y construir familia. Pedimos este don para todas las familias y parejas.
ResponderEliminar"Amar a su mujer es amarse a sí mismo." Amar a su mujer, el amor entre los esposos, es amarse a sí mismo. El amor es comprensivo, es servicial... Pedimos ese amor para todos.
ResponderEliminar«¿También vosotros queréis marcharos?» Se lo pregunta Jesús a los discípulos. Nos viene a nosotros también la pregunta. Que sepamos respnder como Pedro. Tu tienes palabras de vida eterna.
ResponderEliminar"Danos, Padre, el don de la oración, de la comunicación contigo y tu presencia." Unidos repetimos esta oración, la hacemos nuestra y pedimos para todos.
ResponderEliminar"Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada." Contemplamos a Jesús y a la Iglesia. Pedimos el amor para todos.
ResponderEliminar"Como Cristo amó a su iglesia, debemos amarnos unos a otros," Hagamos camino y compartamos la fe y el amor.
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