Reza y comparte Juvenil recoge las Claves del Documento final del
Sínodo sobre los Jóvenes. Algunos fragmentos nos darán una visión de su alcance
para los jóvenes, la sociedad y la Iglesia.
Es el episodio de los discípulos de Emaús, narrado por el
evangelista Lucas, el hilo conductor del Documento Final del Sínodo de los
Jóvenes. Leído en el Aula en voces alternas por el Relator General, Card.
Sérgio da Rocha, los Secretarios Especiales, Padre Giacomo Costa y Don Rossano
Sala, junto con Mons. Bruno Forte, miembro de la Comisión para la Redacción del
texto, el Documento es complementario al Instrumentum laboris del Sínodo, del
que retoma la división en tres partes. Acogido con aplausos, el texto -dijo el
Cardenal da Rocha- es “el resultado de un verdadero trabajo de equipo” de los
Padres sinodales, junto con los demás participantes en el Sínodo y “en modo
particular con los jóvenes”. El Documento contiene, pues, los 364 modos, es
decir, las enmiendas, que se han presentado. “La mayoría de ellos -añadió el
Relator General- fueron precisos y constructivos”.
Instrumentum
laboris + aportaciones-enmiendas.
“Caminaba con ellos”
En primer lugar, pues, el Documento final del Sínodo examina el contexto en el que viven los jóvenes, destacando sus puntos de fuerza y sus desafíos. Todo comienza con una escucha empática que, con humildad, paciencia y disponibilidad, permita dialogar verdaderamente con la juventud, evitando “respuestas pre confeccionadas y recetas ya preparadas”. Los jóvenes, intactos, quieren ser “escuchados, reconocidos, acompañados” y desean que su voz sea “considerada interesante y útil en el campo social y eclesial”. La Iglesia no siempre ha tenido esta actitud, reconoce el Sínodo: a menudo los sacerdotes y los obispos, sobrecargados por muchos compromisos, tienen dificultad para encontrar tiempo para el servicio de la escucha. De ahí la necesidad de preparar adecuadamente a los laicos, hombres y mujeres, que sean capaces de acompañar a las jóvenes generaciones. Además, ante fenómenos como la globalización y la secularización, los chicos se encaminan hacia un redescubrimiento de Dios y de la espiritualidad, y esto debe ser un estímulo para que la Iglesia recupere la importancia del dinamismo de la fe.
En primer lugar, pues, el Documento final del Sínodo examina el contexto en el que viven los jóvenes, destacando sus puntos de fuerza y sus desafíos. Todo comienza con una escucha empática que, con humildad, paciencia y disponibilidad, permita dialogar verdaderamente con la juventud, evitando “respuestas pre confeccionadas y recetas ya preparadas”. Los jóvenes, intactos, quieren ser “escuchados, reconocidos, acompañados” y desean que su voz sea “considerada interesante y útil en el campo social y eclesial”. La Iglesia no siempre ha tenido esta actitud, reconoce el Sínodo: a menudo los sacerdotes y los obispos, sobrecargados por muchos compromisos, tienen dificultad para encontrar tiempo para el servicio de la escucha. De ahí la necesidad de preparar adecuadamente a los laicos, hombres y mujeres, que sean capaces de acompañar a las jóvenes generaciones. Además, ante fenómenos como la globalización y la secularización, los chicos se encaminan hacia un redescubrimiento de Dios y de la espiritualidad, y esto debe ser un estímulo para que la Iglesia recupere la importancia del dinamismo de la fe.
ser “escuchados, reconocidos,
acompañados”
La escuela y la parroquia
Otra respuesta de la Iglesia a las interpelaciones de los jóvenes proviene del sector educativo: las escuelas, universidades, colegios, oratorios, permiten una formación integral de los chicos, ofreciendo al mismo tiempo un testimonio evangélico de promoción humana. En un mundo donde todo está conectado – familia, trabajo, tecnología, defensa del embrión y del migrante – los obispos definen como irremplazable el papel que desarrollan las escuelas y universidades, en donde los jóvenes transcurren mucho tiempo. En particular, las instituciones educativas católicas están llamadas a afrontar la relación entre la fe y las exigencias del mundo contemporáneo, las diferentes perspectivas antropológicas, los desafíos científicos y técnicos, los cambios en las costumbres sociales y el compromiso por la justicia. La parroquia también tiene su papel: “Iglesia en el territorio”, necesita volver a pensar su vocación misionera, porque a menudo es poco significativa y poco dinámica, especialmente en el ámbito de la catequesis.
Otra respuesta de la Iglesia a las interpelaciones de los jóvenes proviene del sector educativo: las escuelas, universidades, colegios, oratorios, permiten una formación integral de los chicos, ofreciendo al mismo tiempo un testimonio evangélico de promoción humana. En un mundo donde todo está conectado – familia, trabajo, tecnología, defensa del embrión y del migrante – los obispos definen como irremplazable el papel que desarrollan las escuelas y universidades, en donde los jóvenes transcurren mucho tiempo. En particular, las instituciones educativas católicas están llamadas a afrontar la relación entre la fe y las exigencias del mundo contemporáneo, las diferentes perspectivas antropológicas, los desafíos científicos y técnicos, los cambios en las costumbres sociales y el compromiso por la justicia. La parroquia también tiene su papel: “Iglesia en el territorio”, necesita volver a pensar su vocación misionera, porque a menudo es poco significativa y poco dinámica, especialmente en el ámbito de la catequesis.
“las instituciones
educativas católicas están llamadas a afrontar la relación entre la fe y las
exigencias del mundo contemporáneo”…
REFLEXIÓN – ACCIÓN
Ha de ser el camino
para la Iglesia y los jóvenes en la realización de las propuestas y conclusiones.
En los Comentarios
podemos poner una frase de reflexión y comentarla.
"Sínodo, Jóvenes, Documento" Os presentamos, jóvenes seguidores, las claves que dirigen el Documento final del Sínodo sobre los Jóvenes. Los Jóvenes, el Papa Francisco y los Obispos han trabajado el tema y os iremos ofreciendo algunos fragmentos par reflexionar y sacar las propias conclusiones. Será bueno que comuniques alguna en los comentarios. Es una forma de participación en el camino que se intenta hacer.¡Ánimo!
ResponderEliminar"Todo comienza con una escucha empática que, con humildad, paciencia y disponibilidad, permita dialogar verdaderamente con la juventud" Un buen trabajo para todos. Que el Espíritu nos eduque en estos valores y recibamos sus lecciones.
ResponderEliminarLos jóvenes, intactos, quieren ser “escuchados, reconocidos, acompañados” y desean que su voz sea “considerada interesante y útil en el campo social y eclesial”. El diálogo es tarea de todos. Que colaboremos en el bien de la sociedad y la iglesia.
ResponderEliminar"ante fenómenos como la globalización y la secularización, los chicos se encaminan hacia un redescubrimiento de Dios y de la espiritualidad, y esto debe ser un estímulo para que la Iglesia recupere la importancia del dinamismo de la fe." Recuperar el dinamismo de la fe. Estamos bautizados y confirmados... Jesús, afírmanos en la fe.
ResponderEliminarSe presentan situaciones para resolver. Jesús y su mensaje nos encaminan hacia el bien y hacia un mundo más justo.
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