REZA Y COMPARTE JUVENIL
Documento
de la Reunión pre-sinodal para la preparación de la XV Asamblea General
Ordinaria del Sínodo de los Obispos (Roma, 19-24 marzo 2018), 24.03.2018
«LOS
JÓVENES, LA FE Y EL DISCERNIMIENTO VOCACIONAL»
ROMA, 19-24 DE MARZO 2018 …
PARTE II
FE Y VOCACIÓN, DISCERNIMIENTO Y ACOMPAÑAMIENTO
Es a la vez una alegría y una sagrada
responsabilidad acompañar a los jóvenes en su camino de fe y discernimiento.
Los jóvenes son más receptivos a una narrativa de la vida que a un discurso teológico
abstracto; son conscientes y receptivos y también están comprometidos en estar
activamente involucrados en el mundo y en la Iglesia. Con este fin, es
importante comprender cómo los jóvenes perciben su vocación, y sus desafíos
frente al discernimiento.
6. Los jóvenes y Jesús
La relación de
los jóvenes con Jesús es tan variada como el número de jóvenes en este mundo. Existen muchos
jóvenes que conocen y tienen una relación personal con Jesús como su Salvador y
el Hijo de Dios. Además, muchos jóvenes se sienten cercanos a Jesús a través de
la relación con su Madre, María. Otros puede que no tengan una relación de este
tipo con Jesús, pero lo ven como un líder moral y un buen hombre. Muchos
jóvenes perciben a Jesús como una figura histórica de un cierto tiempo y
cultura, que no es relevante para sus vidas. Todavía, otros lo perciben
distante de la experiencia humana, para quienes es una distancia perpetuada por
la Iglesia. Las falsas imágenes de Jesús que algunos jóvenes tienen, les lleva
a no sentirse atraídos por Él. Ideales erróneos de modelos cristianos aparecen
inalcanzables para personas comunes, así como los preceptos establecidos por la
Iglesia. Por lo tanto, para algunos, el cristianismo es percibido cono un
estándar inalcanzable.
Una forma de superar la confusión que los jóvenes tienen con respecto a quién es
Jesús, implica regresar a las Escrituras para comprenderlo más
profundamente en su vida y en su humanidad. Los jóvenes necesitan encontrarse
con la misión de Cristo, no con lo que pueden percibir como una expectativa
moral imposible. No obstante, se sienten inseguros sobre cómo hacerlo. Este
encuentro necesita ser fomentado en los jóvenes y abordado por la Iglesia.
7. La fe y la Iglesia
Para muchos jóvenes, la fe se ha convertido en un
asunto privado en vez de comunitario, y las experiencias negativas que algunos
jóvenes han tenido con la Iglesia han contribuido a eso. Existen muchos jóvenes
que se relacionan con Dios sólo a un nivel personal, aquellos que son
“espirituales pero no religiosos”, o están enfocados sólo en una relación con
Jesús. Para algunos jóvenes, la Iglesia ha desarrollado una cultura que se
enfoca fuertemente en la relación institucional entre sus miembros, y no con la
persona de Cristo. Otros jóvenes ven a los líderes religiosos desconectados y
más centrados en la administración que en la construcción de la comunidad, y
todavía algunos ven irrelevante a la Iglesia. Podría parecer que la Iglesia
olvida que son las personas quienes conforman la Iglesia, y no el edificio. Otros
jóvenes experimentan una Iglesia muy cercana a ellos, en lugares como África,
Asia y América Latina, así como en diferentes movimientos globales; inclusive
algunos jóvenes quienes no viven el Evangelio se sienten conectados a la
Iglesia. Este sentido de pertenencia y familia sostiene a estos jóvenes en su
camino. Sin el apoyo y la pertenencia a la comunidad como punto de referencia,
los jóvenes se pueden sentir aislados frente a los desafíos. Existen muchos jóvenes que no
sienten la necesidad de formar parte de la comunidad eclesial y quienes
encuentran sentido a su vida fuera de la misma.
Desafortunadamente, existe un fenómeno en algunas
áreas del mundo en las cuales un gran número de jóvenes está dejando la
Iglesia. Es crucial comprender el por qué para ir hacia adelante. Los jóvenes
desconectados o que se han alejado, lo hacen porque han experimentado la
indiferencia, o se han sentido juzgados y rechazados. Se puede asistir,
participar e irse de la Misa sin experimentar un sentido de comunidad o familia
como Cuerpo de Cristo. Los cristianos profesan un Dios vivo, pero algunos
asisten a Misas, o pertenecen a comunidades, que parecen muertas. Los jóvenes
son atraídos por la alegría que debería ser el sello distintivo de nuestra fe.
Los jóvenes expresan el deseo de ver una Iglesia que sea testimonio viviente de
lo que enseña, que sea testigo auténtico en el camino hacia la santidad, lo que
incluye el reconocer los errores y el pedir perdón por ellos. Los jóvenes
desean líderes en la Iglesia –sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos—que
sean un ejemplo evidente de esto. El saber que los modelos de fe son auténticos
y vulnerables, permite que los jóvenes, a su vez, puedan serlo con libertad.
Con esto, no se quiere destruir la sacralidad ministerial, sino que los jóvenes
puedan verse inspirados por ellos en el camino hacia la santidad.
En muchas ocasiones, los jóvenes tienen dificultad para encontrar un espacio
en la Iglesia en el que puedan participar y ser protagonistas. Los
jóvenes, a partir de sus experiencias, perciben una Iglesia que los considera
demasiado jóvenes e inexpertos para liderar o tomar decisiones, ya que se
piensa que sólo cometen errores. Hay una necesidad de confiar en que los
jóvenes pueden ser protagonistas de su propio camino espiritual. Esto no se
refiere sólo a imitar a sus mayores, sino de asumir verdaderamente la responsabilidad de su propia misión y
de vivirla seriamente. Los movimientos y las nuevas comunidades en la
Iglesia han desarrollado vías enriquecedoras, no sólo para evangelizar a los
jóvenes sino también para empoderarles, para que sean los primeros embajadores
de la fe hacia sus pares.
Otra percepción común que muchos jóvenes poseen es la
poca claridad del rol de la mujer en la Iglesia. Es difícil para los jóvenes
tener un sentido de pertenencia y liderazgo dentro de la misma, y esto se da
sobre todo en las jóvenes. Para este fin, sería provechoso para todos los
jóvenes si la Iglesia no solamente aclarara el rol de la mujer, sino que a su
vez ayudara a explorarlo y entenderlo con mayor claridad.
ACCIÓN
A través del documento se va viendo el mundo joven,
sus problemas, necesidades, deseos.
Interesa que al leer este fragmento veas
en qué estás de acuerdo y
en qué no.
Recorrer
la propia experiencia en el camino del bien nos da altura y responsabilidad.
Confronta
tus ideas con las de otros jóvenes, amigos.
Dar
soluciones y experimentarlas nos ayuda a ser realistas y constructores de la
sociedad que queremos.
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