GUÍA: Estamos ante Jesús. Con Él, alabamos al Padre y al Espíritu.
Todo es amor ante su presencia. Queremos agradecer tan gran visita, su amor y todo
lo que somos. Ante ellos reconocemos que somos amados gratuitamente, amados al
darnos la vida, amados al darnos la salvación. Aceptamos su amor. SILENCIO
DE RECONOCIMIENTO AGRADECIDO Y CONFIADO.
De la
primera carta del apóstol san Pedro (3,1.15-18):
Queridos
hermanos: Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos
siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra
esperanza, pero con delicadeza y con respeto, teniendo buena conciencia, para
que, cuando os calumnien, queden en ridículo los que atentan contra vuestra
buena conducta en Cristo.
Pues es mejor sufrir haciendo el bien, si así lo quiere Dios, que sufrir haciendo el mal.
Porque también Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.
Pues es mejor sufrir haciendo el bien, si así lo quiere Dios, que sufrir haciendo el mal.
Porque también Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.
GUÍA: Seguimos en el interior. Glorificad a Cristo Jesús en vuestros corazones. Aquí
está nuestra oración de alabanza, de gloria al Padre, al Hijo y Espíritu. Dad
razón de vuestra esperanza. Es algo que nos alegra y fortalece. Expresemos como
oración esta confesión de fe y esperanza. Que seamos capaces de expresarla
también con una buena conducta en Cristo. SILENCIO
DE FE Y COMPROMISO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque. no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
GUÍA: Ahí, en el silencio de todo el ser, escuchamos a Jesús. Si me amáis
guardaréis los mandamientos. Pediré al Padre, el Espíritu Defensor, que está siempre
con nosotros, el Espíritu de verdad. Envueltos en esta petición de Jesús al
Padre, acojamos su don. Acojamos el Espíritu que nos deja Jesús. Oigamos lo que
dice: Yo también lo amaré y me manifestaré a él. SILENCIO DE ENCUENTRO, Y DE ACOGIDA.
SINTETIZAMOS NUESTRA ORACIÓN, subrayamos una frase
para recordar.
OFRECEMOS, AGRADECEMOS, PEDIMOS, PROPONEMOS
INVOCAMOS A MARÍA, que acompañe nuestro día
PADRE NUESTRO con Jesús y con la humanidad.
CANTAMOS
Amor es vida, vida es alegría;
quien nunca amó vivió sin ilusión.
Alegres cantan sus melodías,
las ansiedades del corazón (bis)
CORO
Alegre estoy, cantando voy,
este es el día que hizo el señor. (bis)
quien nunca amó vivió sin ilusión.
Alegres cantan sus melodías,
las ansiedades del corazón (bis)
CORO
Alegre estoy, cantando voy,
este es el día que hizo el señor. (bis)
Cuando recuerdo aquel amor divino,
que siendo Dios, al suelo descendió,
mi alma canta, mi alma goza,
porque la vida me dio el señor (bis)
CORO
Yo soy feliz por cada día nuevo,
por la ilusión de ver amanecer,
por las estrellas y por el cielo,
por la alegría de renacer (bis)
CORO
Por los caminos áridos del mundo,
busco la huella de un amor feliz.
Soy peregrino, soy vagabundo,
un cielo eterno brilla hoy en mí (bis)
CORO
que siendo Dios, al suelo descendió,
mi alma canta, mi alma goza,
porque la vida me dio el señor (bis)
CORO
Yo soy feliz por cada día nuevo,
por la ilusión de ver amanecer,
por las estrellas y por el cielo,
por la alegría de renacer (bis)
CORO
Por los caminos áridos del mundo,
busco la huella de un amor feliz.
Soy peregrino, soy vagabundo,
un cielo eterno brilla hoy en mí (bis)
CORO
Una palabra de justificación. Hemos estado bloqueados el fin de semana. Lo siento por los que soléis entrar en estos días. Hoy he podido publicar lo que estaba para el sábado. Espero os sirva y os hagáis presentes con vuestra valoración y comentarios. Saludos
ResponderEliminar"Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones" Una buena recomendación. Ojala lleguemos a glorificarlo como Él quiere. Que esta semana lo hagamos con intensidad, unidos a María Auxiliadora.
ResponderEliminar"el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis" El mundo a veces no le ve. Jesús acrecienta nuestra fe, que veamos tus obras y te manifiestes en nosotros y nos atraigas hacia ti. ¿Has rezado esta semana?
ResponderEliminar"os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad" Jesús cuida nuestra vida interior. El Espíritu enviado por el Padre nos acompaña y enseña el buen camino. Es cuestión de seguirle.
ResponderEliminar"Estamos ante Jesús. Con Él, alabamos al Padre y al Espíritu". Vivimos en la presencia de Dios. En él vivimos, nos movemos y existimos. LLegar a convencernos de ello es una gracia de Dios. Que sea realidad para cada uno de nosotros.
ResponderEliminar"sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros". El Espíritu nos enseñará esto. Dejarnos invadir por esta realidad es don de Dios. Acéptalo.
ResponderEliminar"razón de vuestra esperanza" Jesús resucitado es la razón de nuestra esperanza. Eres quien nos anima, y conforta en las horas bajas y sostiene nuestra fe en todo momento.
ResponderEliminar"siendo Dios, al suelo descendió", La fe en Dios hecho hombre nos acerca a él. El pensarlo y hacerlo vida en nuestro interior nos conforta.
ResponderEliminarJesús resucitado la razón de nuestra esperanza. Es lo verdadero y maravilloso que Jesús consiguió para la humanidad. Resucitar con él y para él, nos llenará de alegría.
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