GUÍA: Llega el domingo, día del Señor. Hoy y durante la semana, nos reunimos de
nuevo a celebrar la Resurrección de Jesús, a encontrarnos como
cristianos, a compartir nuestra fe, a encontrarnos más
profundamente con el Padre Dios, con el Hijo, y con el Espíritu. Pensemos en
estas afirmaciones. Jesús vive resucitado y quiere hacerse presente, si le
recibimos. Nuestra fe se fortalece con su presencia y con la presencia de otros
creyentes. Nos ayudamos a creer en la presencia de Dios, Padre, Hijo y
Espíritu. SILENCIO DE ENCUENTRO ANTE DIOS PRESENTE: Creer, adorar, dar
gracias, expresarnos.
Del santo
evangelio según san Lucas (5,1-11):
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.»
Simón contestó: «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.»
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
·
GUÍA: Al leer el relato, podemos meternos entre la gente. Tenemos el gusto
de estar con Jesús y verle de cerca. Subimos a la barca. Oímos sus palabras: “Rema
mar adentro, y echad las redes”. Pedro
no está muy convencido pero lo hace en su nombre. Vemos el milagro. Nos
sentimos atraídos por el momento. Reconocemos a Jesús. ¿Cómo nos sentimos? ¿Qué
decimos nosotros y qué nos dice Jesús?
·
“No temas”.
También hoy nos dice esto. Quiere que seamos felices, que nos fiemos de Dios,
nuestro Padre. Que naveguemos por la vida apoyados en Él. Que seamos capaces de
echar las redes, con Él, allí donde estemos. ¿Qué nos parece? Digámoslo ahí en
nuestro corazón. SILENCIO, ESCUCHA,
DECISIÓN
·
PRESENTAMOS NUESTROS DESEOS
·
PETICIONES
· INVOCAMOS
A MARÍA:
MADRE DE LOS CREYENTES.
MADRE DE LOS CREYENTES
QUE SIEMPRE FUISTE FIEL.
DANOS TU CONFIANZA,
DANOS TU FE.
DANOS TU CONFIANZA,
DANOS TU FE.
1. Pasaste por el mundo en medio de tinieblas
sufriendo a cada paso la noche de la fe.
Sintiendo cada día la espada del silencio,
a oscuras padeciste el riesgo de creer.
2. La fe por el desierto a lomos de un asnillo,
la fe cuando en las bodas Jesús se hizo esperar,
la fe cuando pensaron que el Hijo estaba loco,
la fe sobre el calvario al borde de acabar.
3. Guardaste bajo llave las dudas y batallas
formándose el misterio al pie del corazón.
Debajo de tu pecho de amor inagotable
la historia se escribía de nuestra redención.
MADRE DE LOS CREYENTES
QUE SIEMPRE FUISTE FIEL.
DANOS TU CONFIANZA,
DANOS TU FE.
DANOS TU CONFIANZA,
DANOS TU FE.
1. Pasaste por el mundo en medio de tinieblas
sufriendo a cada paso la noche de la fe.
Sintiendo cada día la espada del silencio,
a oscuras padeciste el riesgo de creer.
2. La fe por el desierto a lomos de un asnillo,
la fe cuando en las bodas Jesús se hizo esperar,
la fe cuando pensaron que el Hijo estaba loco,
la fe sobre el calvario al borde de acabar.
3. Guardaste bajo llave las dudas y batallas
formándose el misterio al pie del corazón.
Debajo de tu pecho de amor inagotable
la historia se escribía de nuestra redención.
SUGERENCIAS para
la oración. Podéis hacerlas en los comentarios. ¡Gracias!
Un viaje en la barca, con Jesús.
ResponderEliminar¡Una maravilla, ir en la barca con Jesús! Queremos ser sus amigos. Tenemos la tarea de sembrar su semilla, de ir mar adentro, de echar las redes.
ResponderEliminar"la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios" Es importante este deseo de la gente por escuchar la palabra de Jesús. Y él les enseñaba. Seguimos entre la gente. Oigamos la Palabra y demos nuestra respuesta.
ResponderEliminar«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» La confianza de Pedro es grande y en nombre de Jesús echa la redes y la pesca se multiplica. ¿Nos unimos a su confianza y echamos las redes?
ResponderEliminar"MADRE DE LOS CREYENTES QUE SIEMPRE FUISTE FIEL. DANOS TU CONFIANZA,DANOS TU FE."Necesitamos creer y ser fieles a Jesús, que siempre nos acompaña a nuestro paso. María ayúdanos.
ResponderEliminar«Rema mar adentro" Si nos lo dice a nosotros, dejemos que Él tome el timón y nos conduzca. ¿En qué podemos profundizar en esta Cuaresma? Mar adentro en nosotros mismos, en la Palabra de Dios, en nuestro mundo... !Cuántas cosas¡ Jesús ayúdanos.
ResponderEliminar"Pasaste por el mundo en medio de tinieblas, sufriendo a cada paso la noche de la fe." María también pasa por el silencio y las tinieblas. Nos entiende cuando dudamos. Madre, acompaña nuestra fe y danos fortaleza.
ResponderEliminar«Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.» Hay momentos en que nos sentimos pecadores, pequeños ante un Dios que nos ama sin medida y que actúa en nuestras vidas. Confiamos en su misericordia y pedimos un corazón bueno que avance en sus caminos.
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