ORACIÓN 17-01-16
GUÍA: Seguimos nuestra oración.
Intentamos unirnos a los jóvenes y niños que quieren aprender a
rezar y compartir su fe. Rezar es decir oraciones pero sobre todo abrir el
corazón a Jesús, amigo y hermano; a Dios
que nos habita como Padre; al Espíritu Santo que nos da el amor de Dios. Esta
introducción nos lleva a ambientarnos, a hacer espacio en nosotros para captar la realidad de Dios en cada persona y
en nuestro interior. ¿Cómo nos vemos? ADORAMOS a Dios presente en
nosotros, en nuestra vida. AGRADECEMOS su presencia y bondad para nosotros.
Del santo evangelio según san Juan (2,1-11):
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino.»
Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.»
Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él diga.»
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó: «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.»
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.»
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.
En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: «No les queda vino.»
Jesús le contestó: «Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora.»
Su madre dijo a los sirvientes: «Haced lo que él diga.»
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó: «Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.»
Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora.»
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él.
GUÍA: Estando con Jesús, ahí en
nuestro interior, hemos sido invitados a las Bodas de Caná. Allí ha sucedido el
hecho que nos cuenta el Evangelio de San Juan. Nos damos cuenta que no tienen
vino. Los novios van a pasarlo mal ante el imprevisto y María piensa que Jesús
puede ayudarles. Jesús se sorprende y piensa que todavía no ha llegado su hora.
María confía en Él y se produce el milagro.
Gracias, María, por haber insistido, por haber
confiado en Jesús. Gracias, Jesús, porque tuviste en cuenta la petición de tu
Madre. Gracias, porque también en la fiesta supiste ver la necesidad de aquella
familia.
Nuestra vida os tiene como invitados, Jesús y
María. Nuestro vino de alegría, de cariño, de confianza falta a veces. Contamos
contigo, María, para que salgas al paso y atiendas nuestra necesidad. Contamos
contigo, Jesús, para sentirnos seguros de que no nos fallas.
¿Qué les
dices tú? ¿Tratas de dar tu respuesta generosa cuando alguien te necesita?
OFRECEMOS al Señor nuestra
reflexión. Le pedimos que nos ayude a sacar conclusiones y compromisos.
PADRE NUESTRO con todos los jóvenes del
mundo.
PETICIONES por las necesidades que
conocemos.
INVOCAMOS A MARÍA para el camino de la semana.
CANTAMOS:
María, tú
María, tú que velas junto a mí
y ves el fuego de mi inquietud,
María, madre, enséñame a vivir
la vida alegre de juventud.
María, tú que velas junto a mí
y ves el fuego de mi inquietud,
María, madre, enséñame a vivir
la vida alegre de juventud.
«No les queda vino.» Es la oración de María pidiendo ayuda para los nuevos esposos. Presenta la necesidad y Jesús entiende. Le parece que no es el momento pero se decide a dar gusto a su madre. Varias lecciones ¿verdad? Pensar, reflexionar, decidir, por parte de Jesús. Por parte de María atención a las necesidades y confianza en su Hijo. Que aprendamos.
ResponderEliminar"todavía no ha llegado mi hora." Jesús está todavía pensándoselo. Pero María le mete prisa con la situación de las bodas. A veces nos pasa eso. Nos lo pensamos, todavía no es el momento. Pero María nos impulsa a dar el paso. Que María nos enseñe a dar el paso en cada situación y en nuestras decisiones.
ResponderEliminar"Jesús les dijo: «Llenad las tinajas de agua." En este primer signo o milagro Jesús cuenta con el trabajo de ellos. Es importante esto. Cuenta con nuestro trabajo y el vino resulta excelente. Él y cada uno de nosotros puede conseguir ese vino nuevo de la vida.
ResponderEliminar"Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él" Ante la acción de Dios, ójala veamos su gloria manifestada en los signos de hoy y nuestra fe se fortalezca. Hagamos ejercicio de esta lectura.
ResponderEliminar"María, madre, enséñame a vivir, la vida alegre de juventud." Dios quiere nuestra felicidad. El ritmo alegre de juventud puede ser una manifestación de felicidad. A María y a Jesús les gusta estar ahí entre los jóvenes y entre todos, en las bodas de Caná. Veamos si nuestra alegría es fruto de un corazón bueno o sólo es apariencia.
ResponderEliminar«Sacad ahora y llevádselo al mayordomo.» Jesús ha hecho el milagro. Cuenta con otros para hacerlo efectivo, darlo a conocer. Nuestro trabajo también es importante en la transmisión del Evangelio. El Espíritu actúa pero cuenta con nosotros. Llevadlo...
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