Un ratito de oración

ORACIÓN 24-11-15

GUÍA:Vamos a hacer un ratito de oración. Esto significa hablar con Dios, en el vocabulario cristiano. Escucharle.

 Hablar seguramente te resulta fácil. 

Decir lo que quieres comunicar. Expresar lo que piensas de algo. 

Hablar con Dios quizás puede resultar algo distinto, pero realmente puedes hacer lo mismo, comunicar, expresar lo que quieres decir. Es verdad, que si pensamos hablar a Dios, tenemos que dejar sitio en nuestra mente y en nuestro corazón a Dios. 

Esto se consigue haciendo silencio en nosotros mismos, apartando otros pensamientos que nos distraen para pensar en Él. Darnos cuenta que Dios está cerca de nosotros, en nuestro corazón.

 Vamos a hacer silencio ahora. 

GUÍA: En el silencio podemos hablar a Dios, a Jesús y decirle gracias porque está con nosotros, porque nos ha dado la vida, nos cuida por medio de muchas personas. Nos ha dado a Jesús para ser nuestro hermano, nuestro amigo. 

GUÍA: El Evangelio nos cuenta la vida de Jesús, lo que Él quería transmitir. También nos habla de María, su madre.

Hoy vamos a fijarnos en la visita de María a su prima Isabel cuando las dos esperaban un hijo.

Evangelio de San Lucas (Lc 1,39-56)

 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»

María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su casa.

GUÍA: María va a visitar a su prima Isabel. Se encuentran Jesús y Juan Bautista cada uno en el vientre de su madre. Isabel se alegra y también Juan que luego sería el Bautista. Isabel quedó llena del Espíritu Santo.
Piensa lo que has leído y qué te dice a ti.   El Espíritu Santo nos llena también a nosotros en el silencio y nos ayuda a agradecer a Dios su presencia, sus regalos, la vida, nuestros padres y amigos. María llena del Espíritu canta a Dios y proclama la grandeza del Señor, se alegra en Dios salvador. Veamos si podemos decir el canto de María nosotros y recordar las maravillas que hace en nuestra vida.

Pedimos por las necesidades del mundo.

Decimos la oración de Jesús: PADRE NUESTRO