REZA Y COMPARTE JUVENIL
¡QUÉ ABISMO DE GENEROSIDAD!
GUÍA DE ORACIÓN JUVENIL 23-08-20
GUÍA: Ante ti,
Señor, venimos con nuestra vida, con la vida del mundo, con todos sus trabajos
y cansancios. Espíritu de Dios, ilumina las mentes y los corazones para conocerte,
para amar al Padre y amarnos entre nosotros. Que construyamos una vida más
humana y fraterna. Que no nos dejemos vencer
por el mal que nos acecha. Nos llamas, conduce nuestra oración y llévanos por
tus caminos. SILENCIO DE PRESENCIA, DE
PETICIÓN, DE CONFIANZA.
De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11,33-36):
¡Qué abismo de generosidad, de
sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué
irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su
consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen,
guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.
GUÍA: ¡Qué abismo
de generosidad, el tuyo!. Conocerte, en tus insondables
decisiones, es algo que
nos sobrepasa. Visualizamos tu presencia, te reconocemos como Padre y te damos
gracias. Tu sabiduría llena la tierra. Tu sabiduría nos conduzca y nos
transforme. Estamos abiertos a tu bondad, endereza nuestros corazones. SILENCIO DE CONTEMPLACIÓN, DE ACOGIDA Y DE CAMBIO.
En aquel tiempo, al llegar a la
región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la
gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan
Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién
decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú,
Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso,
sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te
daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará
atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el
cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no
dijesen a nadie que él era el Mesías.
GUÍA: ¿Quién decís
que soy yo? Se lo pregunta Jesús a los
discípulos. Nos lo pregunta también a nosotros. ¡Cuál es nuestra contestación?.
Hacemos con Pedro un acto de fe: Eres el Mesías, Hijo de Dios vivo. Lo decimos
y lo valoramos dentro de nuestro corazón. Nos adherimos a él y su proyecto. SILENCIO DE ADHESIÓN, DE CONFIANZA, DE
FE.
RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, RESUMIMOS UNA FRASE PARA TENERLA PRESENTE
FE, AMOR, CONFIANZA, NOS FORTALECEN.
INVOCAMOS A MARÍA, NUESTRA MADRE.
NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LAS PALABRAS DE JESUS: PADRE NUESTRO.
CANTAMOS
Aunque marche por la oscuridad
Nada he de temer
Porque tú conmigo vas
Mi pastor que me hace sosegar
Tú que me conduces
A tus fuentes de paz
Tú me has bautizado
Por tu senda voy
Tú que me preparas
La mesa en el altar
Tú me das la copa
Rebosando está
Tú bondad conmigo
Y mi vida entera
Para ti será
¡Qué abismo de generosidad! La oración hoy nos lleva a la admiración de Dios, a reconocer su amor y darle gracias por su misericordia. -akabenis su grandeza y acompañemos se presencia entre nosotros. La Eucaristía nos acerca más a él.
ResponderEliminar¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! Te alabamos, te bendecimos, te damos gracias.
ResponderEliminar«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Si nos lo pregunta a nosotros/as, ¿Qué decimos? Lo que escuchamos es variado. ¡Cuántas cosas! Y nosotros ¿qúé decimos?. Confiamos en ti, Dios encarnado, Jesús.
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