REZA Y
COMPARTE JUVENIL
ECHAD LA
RED … ENCONTRARÉIS
GUÍA DE
ORACIÓN J 04-04-25, III Domingo de Pascua
GUÍA: Echad la red. Jesús sigue
diciéndonos esa frase y ese deseo. Estamos aquí y oímos tu voz. La vIda nos
hace descubrir puntos nuevos para caminar. Tú nos dices yo soy el camino, la
verdad y la vida. Mueve los corazones y construye el mundo nuevo de paz y
concordia. SILENCIO DE ESCUCHA, CONOCIMIENTO, ESPERANZA.
Lectura
del libro del Apocalipsis (5,11-14):
Yo, Juan, en
la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor
del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente:
«Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,
la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que
hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar -todo lo que hay en
ellos, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el
honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro
vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.
GUÍA: Alabanza, honor y gloria, al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo. En Jesús damos esa gloria, desde toda la
humanidad. La tierra entera alza el
clamor de gloria y de unión de los corazones y las manos para caminar en la
paz. En silencio admiramos, damos gracias y actuamos. SILENCIO DE ADMIRACIÓN, GRACIAS, ACCIÓN.
Salmo
Sal
29,2.4.5.6.11.12a.13b
R/. Te ensalzaré, Señor, porque
me has librado
Te
ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R/.
Tañed para
el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante,
su bondad, de por vida;
al atardecer nos visita el llanto;
por la mañana, el júbilo. R/.
Escucha,
Señor, y ten piedad de mí;
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Juan (21,1-19):
En aquel
tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de
Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás
apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos
discípulos suyos.
Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.»
Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo.»
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya
amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no
sabían que era Jesús.
Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?»
Ellos contestaron: «No.»
Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y
encontraréis.»
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel
discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.»
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se
echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban
de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar
a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan.
Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.»
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces
grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red.
Jesús les dice: «Vamos, almorzad.»
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían
bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el
pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos,
después de resucitar de entre los muertos.
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más
que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le
contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú
mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las
manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la
muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
GUÍA: Me voy a pescar. Vamos contigo.
..echad las redes. Jesús, estás con nosotros y diriges el camino de cada día.
Haznos fuertes en la fe, en la esperanza y en el amor, la acción. Confírmanos
en tu amistad, en tu ir juntos por tu nombre. Danos la vida nueva que construye
y salta las dificultades con tu gracia. SILENCIO DE ENCUENTRO, ADORACIÓN Y
ACCIÓN.
HACEMOS
SÍNTESIS DE LO ESCUCHADO Y ORADO. AGRADECEMOS SU PRESENCIA Y PALABRA.
PEDIMOS A
MARÍA QUE ACOMPAÑE EL CAMINO DEL ADVIENTO Y NOS FORTALEZCA EN LA FE.
NOS
DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.
CANTAMOS:
Estrella
y camino prodigio de amor, de tu mano madre, hallamos a Dios
https://www.youtube.com/watch?v=0kRRpFVdhjM
Echad las redes. Nos ponemos junto a Jesús, escuchamos su voz y echamos las redes en la oración, y en el día a día. vamos con él.
ResponderEliminarEres camino, enséñanos a conocerte. Que no nos desviemos.
ResponderEliminar«Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Esto contesta Pedro cuando le pregunta Jesús si le ama. Se lo dice tres veces. Desde nosotros digámosle cómo es nuestro amor y nuestra fe. ¿Puedes hacerlo?
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