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sábado, 12 de abril de 2025

HOSANNA AL HIJO DE DAVID

 

REZA Y COMPARTE JUVENIL

HOSANNA AL HIJO DE DAVID

 

GUÍA DE ORACIÓN 13-04-25 Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

 

GUÍA:  El Domingo de Ramos comienza la Semana Santa, la semana de ma  muerte y resurrección del Señor. La Iglesia se concentra en torno a este misterio y aclama con el pueblo, los niños y los discípulos a Jesús Hijo de David, salvador de su pueblo. Potenciamos los sentimientos de unión a Jesús, la fe en su persona y entrega generosa para la salvación del mundo. SILENCIO DE INTERIORIZACIÓN, ADMIRACIÓN, UNIÓN.

 

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

 

Cristo Jesús, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de si mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres.

Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

GUÍA: El hijo de David, el salvador  de su pueblo es reconocido como hombre y hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Las aclamaciones de este domingo se prolongan hasta el grito de muerte que se relata en el Evangelio. Nos unimos a Jesús glorioso y sufriente. Toda la tierra aclama su nombre y le proclama salvador. Agradezcamos su vida y su muerte al Padre Dios. SILENCIO DE RECONOCIMIENTO, DE PERDÓN, DE PROMESA.

 

Salmo

Sal 21,2a.8-9.17-18a.19-20.23-24

 

R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

 

Al verme, se burlan de mí,

hacen visajes, menean la cabeza:

«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;

que lo libre si tanto lo quiere». R.

 

Me acorrala una jauría de mastines,

me cerca una banda de malhechores;

me taladran las manos y los pies,

puedo contar mis huesos. R.

 

Se reparten mi ropa,

echan a suertes mi túnica.

Pero tú, Señor, no te quedes lejos;

fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R.

 

Contaré tu fama a mis hermanos,

en medio de la asamblea te alabaré.

«Los que teméis al Señor, alabadlo;

linaje de Jacob, glorificadlo;

temedlo, linaje de Israel». R.

 

 

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (22,14–23,56):

 

En aquel tiempo, los ancianos del pueblo, con los jefes de los sacerdotes y los escribas llevaron a Jesús a presencia de Pilato.

No encuentro ninguna culpa en este hombre

C. Y se pusieron a acusarlo diciendo

S. «Hemos encontrado que este anda amotinando a nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos

al César, y diciendo que él es el Mesías rey».

C. Pilatos le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».

C. El le responde:

+ «Tú lo dices».

C. Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente:

S. «No encuentro ninguna culpa en este hombre».

C. Toda la muchedumbre que había concurrido a este espectáculo, al ver las cosas que habían ocurrido, se volvía dándose golpes de pecho.

Todos sus conocidos y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea se mantenían a distancia, viendo todo esto.

C. Pero ellos insitían con más fuerza, diciendo:

S. «Solivianta al pueblo enseñando por toda Judea, desde que comenzó en Galilea hasta llegar aquí».

C. Pilato, al oírlo, preguntó si el hombre era galileo; y, al enterarse de que era de la jurisdicción de Herodes,

que estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días, se lo remitió.

Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio

C. Herodes, al vera a Jesús, se puso muy contento, pues hacía bastante tiempo que deseaba verlo, porque oía hablar de él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hacía muchas preguntas con abundante verborrea; pero él no le contestó nada.

Estaban allí los sumos sacerdotes y los escribas acusándolo con ahínco.

Herodes, con sus soldados, lo trató con desprecio y, después de burlarse de él, poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato. Aquel mismo día se hicieron amigos entre sí Herodes y Pilato, porque antes estaban enemistados entre si.

Pilato entregó a Jesús a su voluntad

C. Pilato, después de convocar a los sumos sacerdotes, a los magistradosy al pueblo, les dijo:

S. «Me habéis traído a este hombre como agitador del pueblo; y resulta que yo lo he interrogadodelante de vosotros y no he encontrado en este hombre ninguna de las culpas de que lo acusáis; pero tampoco Herodes, porque nos lo ha devuelto: ya veis que no ha hecho nada digno de muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».

C. Ellos vociferaron en masa:

S. «¡Quita de en medio a ese! Suéltanos a Barrabás».

C. Este había sido metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un homicidio.

Pilato volvió a dirigirles la palabra queriendo soltar a Jesús, pero ellos seguían gritando:

S. «¡Crucifícalo, crucifícalo!».

C. Por tercera vez les dijo:

S. «Pues ¿qué mal ha hecho este? No he encontrado en él ninguna culpaque merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré».

C. Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo su griterío.

Pilato entonces sentenció que se realizara lo que pedían: soltó al que le reclamaban (al que había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su voluntad.

Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí.

C. Mientras lo conducían, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase detrás de Jesús.

Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él.

Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:

+ «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que vienen días en los que dirán: «Bienaventuradas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han criado». Entonces empezarán a decirles a los montes: «Caed sobre nosotros», y a las colinas: «Cubridnos»; porque, si esto hacen con el leño verde, ¿que harán con el seco?».

C. Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen

C. Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Jesús decía:

+ «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».

C. Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suerte.

Este es el rey de los judíos

C. El pueblo estaba mirando, pero los magistrados le hacían muecas diciendo:

S. «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».

C. Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:

S. «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».

C. Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos».

Hoy estarás conmigo en el paraíso

C. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:

S. «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».

C. Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:

S. «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada».

C. Y decía:


S. «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

C. Jesús le dijo:

+ «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu

C. Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:

+ «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu».

C. Y, dicho esto, expiró.

Todos se arrodillan, y se hace una pausa

C. El centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios diciendo:

S. «Realmente, este hombre era justo»

 

GUÍA:  Le proclamación de la Pasión nos pone en contacto con los hechos que van a acontecer a lo largo de la Semana Santa. Acercándonos a Jesús y a su misterio, nos unimos también a la humanidad que pasa por momentos de gloria y de sufrimiento. Todos unidos con Jesús, glorificamos al Padre Dios y sentimos su presencia y el amor entregado a cada uno de nosotros. SILENCIO DE CERCANÍA, DE BÚSQUEDA, DE ADORACIÓN

 

RECOGEMOS NUESTROS SENTIMIENTOS, LA FE Y ESPERANZA QUE SE AVIVA EN NOSOTROS, EL AMOR QUE NOS DA EL PADRE EN JESÚS. INTERIORIZAMOS.

 

CON MARIA RECORREMOS EL CAMINO DE JESÚS Y AGRADECEMOS SU ENTREGA AL PADRE Y A LOS HERMANOS.

 

NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO…

 

CANTAMOS:

       Rem                         Mi             La

 ¡Hosanna! ¡Hosanna al Hijo de David!

      Rem                         Mi    La     Rem

 ¡Hosanna! ¡Hosanna al Hijo de David!

 

       Solm            Do           Fa                  Sib

¡Bendito el que viene en nombre del Señor,

      Solm    La           Rem

Bendito el Rey de Israel!

 

  




    
Solm           Do         Fa              Sib

Con ramos de olivo los hijos de Israel

      Solm          La                Rem

Clamaban ¡Hosanna al Señor!

 

       Solm          Do       Fa               Sib

Con mantos vestían el paso del Señor,

    Solm           La                Rem

Gritando: ¡Hosanna al Señor!

 

    Solm     Do        Fa            Sib

Tu eres el Rey, el Rey de Israel;

    Solm   La       Rem

Honor y gloria a ti.

 

       Solm            Do            Fa                Sib

Con palmas en manos el pueblo de Israel

       Solm        La                 Rem

Clamaba: ¡Hosanna en el cielo!

 

  Solm        Do            Fa                Sib

Si ellos se callan las piedras gritarán:

     Solm        La         Rem

¡Hosanna al Hijo de Dios!

https://www.youtube.com/watch?v=sBpBHSVtvTA

 

4 comentarios:

  1. Hosanna al Hijo d eDavid. con est aguía acompañamos a Jesús en su camino y entrada en Jerusalén. Es tiempo de unión con él, de reconciliación, de perdón. Avivemos la fe, agradezcamos su vida y su entrega por cada uno de nosotros.

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  2. "Potenciamos los sentimientos de unión a Jesús, la fe en su persona y entrega generosa para la salvación del mundo." Abrir en corazón a la fe, la esperanza y el amor es signo de la presencia de Dios en nuestra vida. ¿Qué te parece?

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  3. "Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre." Lo proclamamos y lo transmitimos como don para otros. El Padre es glorificado en el Hijo y nosotros nos unimos a él. En silencio oramos.

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  4. "Las aclamaciones de este domingo se prolongan hasta el grito de muerte que se relata en el Evangelio." Se mezclan muchas veces las dos clases de gritos. ¿Junto a quién estamos? Reflexionamos y oramos.

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