GUÍA DE ORACIÓN
JUVENIL 19-03-17
GUÍA: Hoy nuestra oración se desarrolla junto al pozo de Sicar.
Estamos con Jesús y los suyos. Dejamos todo lo que nos estorba alrededor.
Entramos en nuestro interior. ¿Qué buscamos?. El silencio nos hace ver nuestra
necesidad de paz. El silencio interior y el de fuera nos ayudan a ver a Jesús,
sentado junto al Pozo. Sentimos su mirada y agradecemos su presencia. ¿Qué
sentimos? SILENCIO DE CONOCIMIENTO
PERSONAL, DE PAZ, DE AGRADECIMIENTO
De la
carta del apóstol san Pablo a los Romanos (5,1-2.5-8):
Ya que
hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio
de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta
gracia en que estamos: y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la
gloria de Dios. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. En
efecto, cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado,
Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo;
por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que
Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por
nosotros.
GUÍA: San Pablo escribe a los Romanos. La justificación,
salvación, viene por la fe. Jesús entregado por nosotros, es la prueba de que
Dios nos ama. Dios Padre se ha adelantado a ofrecer a su Hijo por nosotros. Nos
amó primero. Corresponderle con nuestro amor es lo justo. Estas frases nos
descubren, una vez más, el amor de Dios. Lo acogemos, nos dejamos introducir en
él. Vivimos intensamente la experiencia. SILENCIO
DE CONTEMPLACIÓN Y DE APERTURA A DIOS
Del
santo evangelio según san Juan (4,5-42):
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de
Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí
estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado
junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús
le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar
comida.
La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío,
me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con
los samaritanos.
Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios
y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.»
La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y
el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre
Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?»
Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua
vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá
sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua
que salta hasta la vida eterna.»
La mujer le dice: «Señor, dame esa agua: así no
tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla. Veo que tú eres un profeta.
Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde
se debe dar culto está en Jerusalén.»
Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora
en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre. Vosotros dais
culto a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la
salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los
que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque
el Padre desea que le den culto así Dios es espíritu, y los que le dan culto
deben hacerlo en espíritu y verdad.»
La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías,
el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.»
Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo.»
En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así,
cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y
se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y
decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos
oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.»
GUÍA: Viene una mujer al pozo y Jesús le pide de beber. Ella se
extraña. También hoy a nosotros nos pide agua. ¿Qué respuesta damos?. A los
discípulos les dice: “Mi alimento es hacer la voluntad del Padre”. Estamos
llamados a su mesa, a cumplir lo que el Padre quiere para nosotros y para nuestro
mundo. ¿Somos disponibles a su voluntad? Respondemos a la pregunta: ¿Me das de beber? SILENCIO DE RESPUESTA, DE COMPROMISO, DE
AMOR.
HACEMOS
SÍNTESIS DE NUESTRA ORACIÓN. Una frase para recordar.
OFRECEMOS,
PEDIMOS, AGRADECEMOS, NOS COMPROMETEMOS.
INVOCAMOS
A MARÍA nuestra madre orante.
PADRE
NUESTRO con Jesús, con los jóvenes y con toda la humanidad.
CANTAMOS
tú eres
el agua viva (Tu eres el agua viva)
tú eres el agua pura (tu eres el agua pura)
inúndame, inúndame y todo se trasformara en mí.
tú eres el agua viva (Tu eres el agua viva)
tú eres el agua pura (tu eres el agua pura)
inúndame, inúndame y todo se trasformara en mí
Me darás unas entrañas nuevas
mis rocas ya no harán daño a nadie
solo acariciarán,
infúndeme tu espíritu, Señor, y haz que
habite en mí, que quieres ser morada en mi
y así tenga, sabor a tiiii.
entonces habitaré en la tierra, que es mía
y yo seré tu pueblo y tú serás mi Dios.
(coro)
tú eres el agua viva (Tu eres el agua viva)
tú eres el agua pura (tu eres el agua pura)
inúndame, inúndame y todo se trasformara en mi
tú eres el agua viva (Tu eres el agua viva)
tú eres el agua pura (tu eres el agua pura)
inúndame, inúndame y todo se trasformará en mi.
(Hna.
Glenda)